Pésimo trabajo de sus representantes deja mucho que desear.
Chetumal.- La franquicia del Partido Verde en Othón P. Blanco ahora en manos de la actual directora de ecología municipal, Gabriela Santana Duarte y de la regidora Abigail Alonzo Barradas está por llegar a su fin a causa del mal trabajo que realizan ambas funcionarias y que está muy distante de los onerosos salarios que reciben mes a mes para cumplir con el compromiso otorgado.
La directora de Ecología municipal y dirigente del Partido Verde en Othón P. Blanco, Gabriela Santana Duarte recibe un jugoso salario de más de 25 mil pesos mensuales por no cumplir con su labor; esto ha quedado en evidencia en reiteradas ocasiones tras las denuncias hechas por personas afectada e incluso diversos medios de comunicación contra empresas ubicadas en Chetumal por violentar el Bando de Policía y Gobierno y la Ley de Ecología de la entidad.
Hasta ahora, Gabriela Santana Duarte, lejos de cumplir con su obligación, se ha dedicado a solapar y proteger a estas empresas a cambio de no perder sus privilegios; tales como invadir propiedad ajena y también la vía pública en la construcción de un centro de oración para sus hermanos de religión. Como era de esperarse no recibió sanción alguna por gozar de los privilegios que le otorga ser funcionaria de primer nivel en el ayuntamiento capitalino.
Pero quien dio la sorpresa, muy mala para la gente que confío en ella; es la “muñequita del pastel”, la regidora Abigail Alonzo Barradas, quien está más dedicada a salir bien en las fotos de las redes sociales o celebrar cumpleaños de sus amigas, que desquitar la nada cantidad de más de 33 mil pesos mensuales que recibe por calentar silla en el cabildo capitalino.
La concejal es la presidente de la Comisión de la Juventud y el Deporte, cargo que no cumple a cabalidad al no presentar ninguna propuesta, más que la promocionada por su “papá político”, Remberto Estrada para un circo sin animales, misma que sigue atorada en Cabildo y que lejos de beneficiar ha ocasionado rechazo entre diversas agrupaciones circenses.
El colmo de la desfachatez de la “muñequita del pastel” es su actor protagonista realizado el pasado lunes al acudir a las instalaciones de la Expofer supuestamente a supervisar que no exista maltrato contra los animales que usan para las fotografías; sin tener conocimiento en la materia – porque es economista de carrera graduada en la Uqroo- dijo que todo está perfecto y reciben un trato digno.
Pero a la aprendiz de política se le olvidó que existe un área donde presentan animales extraños o fenómenos; sitio donde es sabido por todos reciben un trato inhumano y alteraciones físicas para parecer un verdadero caso único de la naturaleza; pero como había que caminar un poco más y a la regidora Verde no le gusta ensuciarse los zapatos se limitó a ver lo primero que encontró a su paso.
Han sido tantas las bazofias de la Verde regidora que aunque su partido se envalentona y quiera ser candidata a diputada federal una vez más tiene perdida de antemano la elección porque además de carecer de tablas políticas, luce más de modelo para anuncios junto sus homólogas.