Por: Jesús Amador
Chetumal.- Si el objetivo de Candy Ayuso es «vender al mejor postor» (podría ser con el gobernador, Carlos Joaquín) el micro contingente de priistas quintanarroense que quedan después de la vapuleada del 2016, es recomendable tomarlos en cuenta porque de lo contrario, es casi seguro, que para las elecciones del próximo año no encuentre a nadie para apagar la luz de la otrora llamada «casa del pueblo».
Aún cuando la actual desbandada de militantes priistas es pausada, expertos en la materia presumen que es superior a la registrada durante la fase final del gobierno de Roberto Borge (cuando se eligió a Mauricio Góngora como candidato a la gubernatura) y a la observada en el año 2018 cuando Morena ganó la Presidencia de la República, entonces, el problema que enfrenta la presidenta del PRI en Quintana Roo no es menor y, que obviamente, requiere echar mano de toda su experiencia para rescatar el navío que naufraga en aguas caribeñas.
Es obvio que al asumir la responsabilidad Candy Ayuso sabía la magnitud del problema al que se enfrentaría, y no dudamos que traía algún proyecto para tratar de enderezar el barco, pero es casi seguro que la integración del PRI a la coalición «Unidos Por México» (PRI-PRD-PAN) la obligó a tirarlo a la basura y comenzar a improvisar sobre la marcha, pero «supervisada» u «orientada» por el inquilino de la 22 de enero.
Ese tipo de «orientación» es la que no acepta y comparten los priistas de cepa, esos que a pesar de las últimas derrotas no claudicaban sus sueños de que algún día volvieran a gobernar algunos municipios, y porqué no, al Estado de Quintana Roo. Pero ahora, varios de estos desistieron, se resignaron, se cansaron de pedir democracia y exigir espacios para competir. Ya no soportan la «cerrazón» de la propia Candy Ayuso y del delegado del CEN, Carlos Sobrino Argáez, quienes desde las elecciones del 2019 aceptan las «migajas» que CJ y aliados les tiran.
Seguramente la postura adoptada por el secretario de Elecciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de la Corriente Crítica, Israel Vázquez Lozano; el presidente del Instituto Reyes Eroles, Hitler Solimber Uc Peraza; la secretaria general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y el secretario de Asuntos Vulnerables y Personas con Discapacidad, Cristian Muñoz Castillo, de abandonar la causa tricolor, traerá secuelas negativas entre los pocos grupos que quedan al interior del PRI, quienes también exigen la oportunidad para participar en las próximas elecciones.
¿ Tendrá Candy Ayuso la sapiencia, pero sobre todo las agallas para pedir en la mesa de negociaciones candidaturas a diputados locales para sus pupilos, o seguirá timorata como en las elecciones del 2019 y 2021?
Tiempo al tiempo…