Por Felipe Hernández
Sin duda la decisión más difícil para un gobernante en cuanto a la conformación de su gabinete en estos tiempos de violencia e inseguridad es a quién nombrar en Seguridad Pública y Fiscalía o Procuraduría de Justicia. En la coyuntura presente, algunos quintanarroenses han levantado la mano para Seguridad Pública.
Por tercera ocasión el gobernador Carlos Joaquín se ve en la necesidad de tomar una decisión en el ámbito de la seguridad. ¡Vaya complicación! No es sólo ubicar, y que esté disponible, el personaje para tan problemático encargo, sino también que apruebe los rigurosos exámenes de control y confianza que aplica el Gobierno Federal y sea un activo y no una carga, que sume en lo político. Porque no hay quien tenga varita mágica para resolver de un día a otro, pero al menos debe tener la sensibilidad y el carisma suficientes para que sus pocos o muchos resultados puedan ser bien comunicados y apreciados por la ciudadanía.
La inesperada, abrupta y obligada salida de Alberto Capella Ibarra de la Secretaría de Seguridad Pública ha generado que en medios de comunicación se mencione a varios quintanarroenses con alguna o mucha experiencia en el ramo, quizá también como parte de los movimientos de los grupos de la ya ramificada clase política que se alborota por el proceso electoral del año próximo, tomado como un peldaño del de 2022 y que ha estado exhibiendo como una de sus banderas la añeja exigencia de que los cargos públicos en Quintana Roo deben ser para los quintanarroenses.
Uno de los mencionados con frecuencia en los días recientes trabaja en el propio Gobierno del Estado como Coordinador de Protección contra Riesgos Sanitarios en la Zona Norte con sede en Cancún y antes había desempeñado el mismo cargo en la Zona Centro con sede en Playa del Carmen. Se trata de Julio Mendoza Álvarez, abogado (Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminología. Morelia, Michoacán), Técnico Superior Universitario en Seguridad Pública (CENEVAL) e Inspector Jefe por la Escuela Profesional de la Policía Federal de Caminos. Además de decenas de cursos relacionados con la seguridad.
A la calladita, Julio Mendoza Álvarez acumuló más de 32 años en tareas de seguridad desde su ingreso a la Policía Federal de Caminos en 1983, en donde formó parte de la Generación XXXIV. Entre 1993 y 1999, en Quintana Roo fue coordinador de giras del gobernador del estado, subdirector Operativo de Tránsito del Estado, Instructor en la Escuela Estatal de Policía, coordinador Operativo de la Secretaría de Protección y Vialidad, subjefe de ayudantes del gobernador y director de Asuntos Internos del Sistema Estatal de Seguridad Pública.
En el Gobierno Federal, Mendoza Álvarez fue Comisario de Sector en Chetumal y Cuernavaca y desempeñó también cargos de mando y operativos en Yucatán, Sinaloa, Tamaulipas, Ciudad de México y Michoacán.
Seguramente, en el escritorio del gobernador Carlos Joaquín habrá decenas de carpetas con el currículum vitae de otros tantos aspirantes locales y externos. Siempre será mejor que sobre y no que falte. Una decisión realmente difícil.
Debe asentarse también que la violencia e inseguridad que hoy laceran a Quintana Roo no son fenómenos de generación espontánea, se han venido enraizando paulatinamente desde hace varios años, son multifactoriales y no hay fórmula mágica para resolverlos de un día a otro.