* Ayer la diva, hoy -arrumbada y por los rincones-, la muñeca fea del magisterio
Por Mario Castillo Rodríguez
La ausencia de Sara Latife Ruiz Chávez en los actos oficiales de su Jefe, en los que el Mandatario quintanarroense encabezó el reinicio de clases, ayer en la ciudad de Cancún y hoy en Chetumal; evidencian que ésta tiene un píe adentro y otro fuera de la Secretaría de Educación y Cultura de Quintana Roo.
Aun y cuando se haya anunciado a viva voz que la cabeza de Ruiz Chávez no estaba en juego en las demandas que los maestros expusieron para dar fin al conflicto magisterial, y que la autoridad estatal no sería objeto de chantaje por parte de los maestros disidentes, queda claro que la titular de la SEyC, desde el pasado mes de octubre cuando los maestros abandonaron las aulas por segunda ocasión en lo que va del actual ciclo escolar, ya veía venir la debacle de su postura ante la evidente incompetencia para dar solución a un conflicto que durante semanas dejó sin aliento a las autoridades estatales en turno y puso en jaque a la sociedad quintanarroense.
Aquí vale la pena un poco de historia para hacer un comparativo con los tiempos que tocó vivir a Cora Amalia Castilla Madrid, cuando los maestros se levantaron en paro tras la firma por la “Calidad de la Educación”, que desde luego se le salió de control a la entonces titular de la SEyC, por lo que tuvo que ser removida de su cargo para no seguir abonando en la brecha que se cernía entre el magisterio y el entonces gobernador Félix González Canto. En este conflicto salió al quite Eduardo Patrón Azueta quien como pago tuvo el privilegio de dirigir al sector educativo quintanarroense por más de 6 años, los cuales aprovecho –y muy bien-, para incrementar su poderío económico y político al interior del magisterio. Pero esa, es otra historia.
Volviendo a lo que hoy nos ocupa, la realidad es que la estadía de Sara Latife al frente de la SEyC pende de un hilo, sobre todo si se analiza a fondo los costos políticos que irán en aumento al mantener a una figura que en primera ni es del agrado de los educadores, que ha generado encono y divisionismos entre los grupos del poder del magisterio y que, desde luego, carece del perfil necesario para estar al frente de un sector tan delicado como lo es el educativo.
Tampoco hay que pasar por alto los excesos cometidos por Sarita en su corta estancia por la SeyC, quien acostumbrada a los lujos y el glamour, ha hecho uso excesivo de los recursos públicos para remodelar las oficinas de la Secretaría y sentirse cual reina en palacio, y esto es tan solo un ejemplo de los alcances de una “dama” que en sus aires de “diva” quiso darse la misma vida que la ex líder Elba Esther Gordillo a costillas del magisterio.
Y aunque hoy son muchos los nombres que circulan entre los maestros en torno a quién será el relevo de Sara Latife Ruiz Chávez – que ni al caso viene mencionarlos para no abonar los malintencionados egos personales-, lo cierto es que la antes “diva” se mantiene oculta, arrumbada y por los rincones como la triste muñeca fea del magisterio, y que su inevitable salida sería el parteaguas para tener más tranquilos a los profesores, por lo menos hasta que los grupos del poder piensen cómo recuperar los votos perdidos con ese importante sector, garante de triunfos en las contiendas electorales.
¿Adiós mujer, adiós para siempre adiós?