Por Julián Puente
América latina es una de las regiones más vulnerables del mundo ante la amenaza del cambio climático. La exposición al riesgo de desastres naturales, como huracanes, sequías e inundaciones, existente durante toda su historia y potenciada por el deterioro ambiental, la inestabilidad política y la desigualdad social, tenderá a intensificarse en la próxima década cuando la temperatura aumente en medio grado y se altere aún más el patrón de lluvias. Con todo esto, la realidad no se puede negar. Aunque los modelos de escenarios climáticos futuros difieran en cifras, todos apuntan en la misma dirección que es la subida global de temperaturas a una velocidad que no coincide con la evolución climática natural del planeta, bastante más lenta. El problema es que dados los tiempos que se manejan para ver los verdaderos efectos del cambio climático, priman los intereses económicos, en especial en una época de crisis, por encima de los medioambientales. Y es un error, ya que, apelando a los principios del desarrollo sostenible, cada vez se agotan más recursos que las generaciones futuras no podrán ver y el calentamiento tiene mucho que ver con ello. Si el futuro fuera hoy, y no se modificarán las tendencias actuales, el continente podría afrontar una situación catastrófica a finales del siglo. Una reducción de un 28% en la precipitación pluvial y un alza de cuatro grados en la temperatura, como se vaticina, en 90 años tendrían efectos devastadores sobre la producción agrícola, la generación eléctrica, la biodiversidad, los ecosistemas y el estilo de vida. Algunas de estas advertencias ya se hacen sentir con más calor y aguaceros intensos, lo cual nos indica que el cambio climático no es una teoría científica, sino una realidad. Solo cuando el problema sea realmente grave, como ocurrió con el agujero de la capa de ozono, habrá una reacción unánime encaminada al cambio. Mientras, solo queda esperar que, tal como prometen muchos responsables políticos, se aborden políticas de lucha contra el cambio climático de una manera convincente, efectiva y eficaz. Porque quizá llegue un día en que todas las catástrofes naturales que ocurran sí sean culpa del cambio climático. Las posibles víctimas de la subida de los mares crecen sin cesar. En la actualidad 271 millones de personas, que habitan en ciudades costeras, están expuestas a inundaciones marítimas. Para el 2050 se estima que al menos 345 millones podrán ver anegadas sus residencias. Pero no es una hipótesis distante pues ya Nueva York, una de las urbes bajo riesgo, experimentó grandes pérdidas con el huracán “Sandy” en 2012. La destrucción del evento climático tuvo un costo de 60 mil millones de dólares.
RICKY RICON CHETUMALEÑO
Por ahí nos enteramos que el ex tesorero municipal, ex diputado y recientemente ex oficial mayor del ayuntamiento capitalino, Gustavo García Bradley está construyendo tremenda mansión allá por los rumbos de plaza las Américas. Recuerda usted que en la pasada legislatura se dio la salida abrupta de este personaje, según por diferencias en ese entonces con Jorge Cheluja; pues el meollo del asunto resulto ser, según las malas lenguas, que cacharon el buen García Bradley en una tranzota que ni el mismo dios padre lo pudo salvar. Por ahí nos comentaron que tenía una lista de nómina externa donde más de 200 personas cobraban diversas cantidades, las cuales obviamente no trabajaban en el congreso, lo que hacía Gustavo García era pedirles una gran parte de lo que cobraban esas 200 gentes y colocarla en un fondo “inexistente”. Al paso del tiempo se descubrió el asunto y Gustavo García fue corrido literalmente del congreso del estado. Ahora y después de poco más de un año y pensando tal vez que se olvidaría el asunto sale a la luz pública la construcción de su mansión que según nos comentan tiene más de 7 baños, 8 habitaciones una súper alberca y los acabados internos del mayor lujo posible. ¿Será acaso que el ahí esta parte del fondo “inexistente” o serán los ahorros de toda una vida de trabajo? Usted tendrá la mejor opinión.
INFORMES MUNICIPALES
Sin lugar a dudas este primer año de ejercicio constitucional para los municipios del estado fue de lo más difícil, sobre todo porque la cuestión económica no fue de lo mejor al momento de su llegada, inclusive hubieron municipios como Othón P. Blanco, Cozumel, Lázaro Cárdenas, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Benito Juárez entre otros que tuvieron que interponer denuncias por el desvió de recursos, obras sin concluir además del jineteo de recursos federales; sin embargo y gracias al apoyo que todos recibieron de parte del gobernador del estado, Roberto Borge Angulo pudieron sacar a flote el barco y estar navegando a lo mejor no con el mejor clima pero si estables. El municipio de Solidaridad de la mano de Mauricio Góngora Escalante ha aplicado eficientemente los recursos públicos, sobre todo en lo que tiene que ver con el rescate de los espacios públicos, pavimentación de calles, seguridad, atención a personas de la tercera edad y con algún tipo de discapacidad entre otros rubros más que en un año de gobierno han significado para los habitantes de este municipio beneficios directos. Cozumel de la mano de Fredy Marrufo Martín es otro de los municipios que han logrado consolidarse, sobre todo en materia turística donde el joven alcalde ha sido un firme impulsor de torneos, campeonatos y otro tipo de eventos turísticos de talla internacional que han convertido a la isla en sitio idóneo para dichas actividades. Bacalar municipio de fuertes raíces también ha salido adelante mejorando calles, avenidas, pero sobre todo se ha atendido de manera puntual al campo, José Alfredo Contreras Méndez pese a que muchos lo tachan de inexperto ha sabido responder a las necesidades de sus gobernados, hoy bacalar es un municipio en pleno crecimiento. Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos han sido los municipios que más trabajo les ha costado a sus alcaldes salir adelante sobre todo porque vienen de gobiernos perredistas los cuales desfalcaron por completo las arcas dejando un cumulo de deudas y compromisos que aun Gabriel carballo Tadeo y Juan Parra López siguen atendiendo. En medida de sus posibilidades han logrado también aterrizar recursos para el campo, educación, vivienda y seguridad. Y finalmente qué les puedo decir de la capital del estado, usted lo sabe todo, Eduardo Espinosa recibió un municipio quebrado, con aviadores al por mayor y deudas por todos lados, las cuales ha enfrentado de la mejor manera, hoy Chetumal vemos una capital limpia, con servicios a lo mejor no los necesarios pero si algunos que anteriormente no habían so habla bien del alcalde capitalino.