Punto Exacto Por Julián Puente
Hay una gran necesidad de reactivar el estado y desde luego esta no es fortuita. Si la vemos lejos del privilegio desde donde hay quienes podemos quedarnos en casa, nos daremos cuenta que la realidad rebasa. Desde que inicio esta nueva normalidad y con el regreso a clases a distancias pareciera ser que la mayoría de la población se ha olvidado que el virus aun existe y que está ahí afuera esperando a que nos descuidemos para atacar. Decenas de personas en las calles sin cubreboca, transitando de una cuarentena agobiante a creer o pensar que ya todo acabó, bajando la guardia y haciendo como que no pasa nada.
En ese sentido, “levantar” la cuarentena sirve para dejar de tener una presión social de percepción de que salir a la calle está mal. En un país con profundas desigualdades, no todos pueden tomar tales decisiones personales. Tendremos que adaptarnos porque no tenemos las condiciones para que todo mundo lo haga y eso implica el seguir aplicando las medidas preventivas que todos conocemos. Debemos ser conscientes y saber que el coronavirus no se ha ido ni se irá, aunque las autoridades marquen semáforo amarillo o verde no podemos circular por las calles como si nada, es importante en todo momento traer cubre boca, usar en todo momento gel antibacterial, cada que toquen cualquier cosa pónganse antibacterial, el coronavirus no cede, la gente desafía mortalmente al virus en las calles al no protegerse, efectivamente es importante no salir de casa, pero, ¿Qué pasa con los que tienen negocios y viven de ello y van al día?. Creo que es más importante que el gobierno federal invierta en proyectos de salud que en proyectos de infraestructura, los planes sociales del gobierno han marcado una economía baja para el país, los comportamientos de austeridad originalmente no dejan nada bueno para el pueblo mexicano, al menos ahorita, lo más importante es que toda la población mexicana acceda a los hospitales para que tengan servicio médico aun y sin tener seguridad social.
Lo que estamos viviendo es bastante inédito, más allá del virus mismo y sus trágicas consecuencias. La indisciplina es mundial y Quintana Roo tampoco tiene estratos. Gente con y sin dinero, con educación y sin ella, se ve en los parques o sitios concurridos sin protección. Es irritante encontrarse con personas que llevan el tapabocas colgando del cuello. Su lenguaje corporal dice que son brutos. Es como si alguien muriera de sed con una botella de agua en la mano. Los desobedientes no son solo los trabajadores informales que tienen que usar la mascarilla todo el día. No es así. Es la rebeldía estúpida: a muchos simplemente no les da la gana. Supongo que se creen indestructibles. ¿Quién debe morir en tu vida para que uses el tapabocas? Van millones de muertos en el mundo y seguimos contando. La gente inteligente respeta, no cree ciegamente en supuestas conspiraciones mundiales para acabar con nuestra libertad por medio de un virus mortal. Individuos así son los que menoscaban el futuro de todos porque se pasan la vida pensando siempre en sí mismos.
“Si no se respeta el semáforo, habrá rebrote”, dijo en su momento Hugo López Gatell. Advertencia que se da cuando tenemos hoy un presidente en campaña, recorriendo los estados donde la pandemia está en su máxima expresión. Que ejemplo a la ciudadanía porque hay que ser claros, existen millones de personas en todo el país que siguen como regla todo lo que dice y hace su presidente y esto puede desencadenar un rebrote y más muertes para nuestro país. Así que el regreso a la nueva normalidad podría convertirse en el regreso al nuevo caos, en el que todos hagamos lo que nos venga en gana. Regresamos a la nueva normalidad cuando México esta a punto de situarse en el séptimo lugar entre los países con más muertes por el coronavirus, superando a Bélgica, aunque en número de contagios estamos en el 16. Calles, playas y hasta parques colmados de gente sin tapabocas, deportistas que corren y caminan sin los cuidados necesarios, son algunas de las cosas que pensamos que no íbamos a volver a ver, por lo menos por un tiempo. Hay una reacción humana incontrolable de salir y existe una necesidad clara de poder reencontrarse con otros después de tantos momentos duros vividos.
El aislamiento es algo que tuvimos que hacer y que va en contra de la naturaleza social del ser humano, es por ello que al escuchar “nueva normalidad y reactivación” lo primero que venga a la mente es salir y pensar que el virus se ha ido cuando no es así.