Por Felipe Hernández
Fue un lunes de pesadilla para el diputado verde Gustavo Miranda, presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la XVI Legislatura: lo repudiaron trabajadores en el propio Congreso y habitantes de Nicolás Bravo a quienes dejó plantados.
Desde que asumió la presidencia, pero no el liderazgo, de la Jugocopo, el verde diputado verde Gustavo Miranda implementó una especie de conferencia mañanera eventual, con el ánimo de emular al presidente Andrés Manuel López Obrador. Los resultados no han sido los que él esperaba, desde luego. Y también empezó a meter la nariz en asuntos que no son propiamente de su incumbencia pero que él valora le darán rentabilidad política, como el viejo anhelo de un sector de los habitantes de Nicolás Bravo y comunidades aledañas de convertirse en Municipio, vista la experiencia de sus vecinos campechanos de Calakmul y, sobre todo, quintanarroenses de Bacalar.
Pero el lunes, aunque la amenaza del huracán Zeta estaba en la Zona Norte, al diputado Miranda le llovió en el Sur:
Primero la manifestación de trabajadores sindicalizados del propio Congreso por la falta de pago a una empleada con una enfermedad terminal que se jubiló luego de 35 años de servicio. La protesta fue airada y obligó a suspender la conferencia mañanera que tanto le gusta al diputado Miranda. Puede argumentar, como lo hizo, que el movimiento de los sindicalizados tiene tintes políticos y que incluso es reacción a medidas de austeridad, que incluyen el despido de «aviadores» y el recorte de compensaciones irregulares. Pero sin duda lo que se demuestra es que el diputado verde está muy verde y le ha faltado tacto (y parece que recursos económicos también) para atender el asunto particular del pago a la trabajadora y, si es uno o algunos otros diputados los que están detrás de la protesta, que no ha podido hacerse del liderazgo de la Legislatura. Quizá ya habrá entendido que la presidencia de la Jugocopo no da automáticamente el liderazgo, que hay que construirlo.
Segundo. No se sabe a quién, pero a alguien se le ocurrió aconsejarle al diputado Miranda que puede hacer historia si logra que Nicolás Bravo se convierta en Municipio. Y desde hace varias semanas puso manos a la obra. La opinión parece estar dividida entre los habitantes de la zona: unos apoyan desde hace años la posibilidad y otros la rechazan, por los impuestos que deberán pagar, por ejemplo. El asunto es que el lunes a la una de la tarde el verde diputado verde participaría en una más de las reuniones convocadas sobre el tema… pero, tras la andanada en su conferencia mañanera, dejó plantados a sus convocados, quienes esperaron, esperaron, esperaron y el diputado simplemente no llegó.
Entre los plantados por Miranda estuvieron el presidente del comité de defensa de los límites territoriales de Quintana Roo, Reinaldo Blanco Baeza; la alcaldesa de Nicolás Bravo, Marlene Reyes Velázquez; el presidente del comisario ejidal, Leopoldo Santos Fajardo; el presidente del comité municipio 12, Lorenzo Varguez Canul; el presidente de la Asociación Ganadera de Nicolás Bravo, Walberto Camaal Ku, y otros líderes y habitantes de esa zona, quienes no quedaron muy contentos con la descortesía del diputado.
Zeta dejó saldo blanco en la Zona Norte, pero en la Sur al diputado verde le llovió sobre mojado.