Crónicas desde Playa
La verdadera Kira Iris, irascible, vengativa, soberbia, prepotente, enferma de poder; la Kira desfigurada por el coraje, el rencor y el odio; la Kira sin máscaras, que escupe serpientes, alacranes y demás bichos contra sus enemigos, que no adversarios, esa misma Kira, conocimos ayer.
De los debates que ha organizado la autoridad electoral con candidatos a diputados, sin duda el de ayer del Distrito 10, tuvo particular importancia, dado que ahí se juega la permanencia del PAN y un Ayuntamiento de casi 3 mil millones de pesos.
El que se lleva se aguanta, y Kira tiró el primer guantazo a Estefanía Mercado, pero no encajó la respuesta; perdió la razón, ganó el hígado y disparó rayos y centellas contra su adversaria.
Ante el fracaso de sus emisarios, cual sicarios de los medios de comunicación, Kira se lanzó ayer como “El Borras”, duro contra el muro, y se estrelló con una Estefanía segura, serena y mesurada.
Kira sólo evidenció e incluso, confirmó lo que se sabe, quién es el autor intelectual de la guerra de lodo y la violencia política contra Estefanía Mercado.
Su frustración, no es más que la evidencia de una batalla que ya perdió. Patadas de ahogado pues.
Perdió las formas, y no le importó que en el mismo foro estuviera sentado, el padre de su adversaria, un anciano sonriente ante la andanada de sapos proferidos por Kira.
La mente de Kira se tiñó de rojo sangre ayer, del odio irracional, de una mente enferma por el poder.
Ayer, Kira perdió la cabeza… y también la reelección.