Nicolás Lizama
Como se esperaba, resultó un éxito el primer juego del Tour internacional de Voleibol de Playa que se efectúa en Chetumal.
Según cifras oficiales, asistieron 2 mil personas al juego inaugural.
Si usted estuvo presente, qué bueno; si no, permítame decirle que se perdió de muchas cosas.
Valió la pena por varias circunstancias, para empezar, por la calidad de las participantes, espléndidas atletas todas ellas; la buena organización (la comodidad ¡ah!, las sillas, entre otras cosas -según me cuentan- se amoldaban muy bien al trasero de la concurrencia) y, para rematar, el espectáculo era “gratinado”.
El evento sirvió para reunir a mucha gente que es parte esencial de esta muy sui generi capital de nuestro estado.
Ahí estaba, por ejemplo, el dinámico comunicador Érik León (La Casa del Jabonero), narrando el encuentro.
Fue una verdadera revelación, al menos para este servidor, su forma describir lo que sucedía en la arenosa cancha.
Ojalá -lo deseo en serio- los directivos de ESPN o de Fox Sports no lo hayan escuchado, porque se lo llevan y -¡chin!- nos privan de su dinámica presencia.
En las gradas pudieron haber estado más espectadores -fácil, el doble- créame.
Sucede que a varios, entre ellos me cuento (¡ejem!), sus respectivas consortes no les extendieron el permiso correspondiente, por razones obvias, je, je…
La gente disfrutó del espectáculo. El único inconveniente fue que nuestras representantes cargaron con el descalabro. Las suizas fueron mucha pieza y terminaron imponiéndose a nuestras favoritas, por quienes, como es obvio, la gente se desgañitaba con sus porras.
Hoy, el espectáculo continúa.
Veré la forma de escaparme al yugo que me atenaza. Haga usted lo mismo. Pretextos hay muchos. Es cuestión de ingenio.
Allá nos vemos.