Chetumal.-Aun cuando falta la incorporación de los candidatos a diputados de mayoría, los partidos políticos en Quintana Roo, de manera particular las Coaliciones, han levantado vela y adentrado de lleno a la profundidad de las campañas proselitistas con el objetivo de convencer a la mayor cantidad de hombres y mujeres que sufragará el próximo 5 de junio.
La tarea se antoja difícil para todos los aspirantes, de manera especial quienes pretenden ocupar la silla que dejará Roberto Borge Angulo, porque deberán hacerle llegar sus propuestas, peticiones y proyectos a millón 90 mil quintanarroense que deberán acudir a las urnas el primer domingo de sexto mes del presente año.
Tanto el candidato de la alianza “Somos Quintana Roo”, Mauricio Góngora Escalante, como el homólogo de “Quintana Roo UNE”, Carlos Joaquín González; Rogelio Márquez Valdivia del Partido Encuentro Social (PES) y Alejandro Alvarado del Partido del Trabajo (PT) han ocupado sus primeros doce días de proselitismo para recorrer demarcaciones municipales. De manera especial los dos primeros que han visitado las once demarcaciones.
Ahora ya con el respaldo de los candidatos a las presidencias municipales, las coaliciones: “Somos Quintana Roo” (PRI, PVE y Panal) y “Quintana Roo UNE” (PRD y PAN), entran a otra etapa de su campaña proselitista ya que ahora sus candidatos a la gubernatura y presidencias municipales caminarán de manera conjunta.
En los próximos días, con la incorporación de los candidatos a las diputaciones de los quince distritos electorales, quedarán integrados todos los equipos y entonces sí, formalmente dará inicio la fiesta.
Hasta ahora sólo los equipos de campaña de las dos coaliciones, del PT y PES saben a ciencia cierta dónde y cuáles son sus fortalezas y debilidades. Seguramente con el paso de los días también la mayoría de los quintanarroenses nos daremos cuentas de tales situaciones, principalmente quienes de una u otra forma estamos inmersos en el quehacer político.
Y a pesar que no existe información precisa, cuando menos para nosotros, vaticinamos que la coalición “Somos Quintana Roo” y “Quintana Roo UNE” saben con precisión qué municipio, región, distrito, manzana o seccional dominan desde ahora en el arranque del proceso electoral.
Mucho se habla que la fortaleza de la coalición “Quintana Roo UNE” se encuentra en el municipio de Othón P. Blanco, territorio donde históricamente la mayoría de sus habitantes ha votado en favor de los candidatos del PAN, como se apreció en la elección de Joaquín Hendricks Díaz, Félix González Canto y Roberto Borge Angulo.
En contraparte la coalición “Somos Quintana Roo” sustenta su nicho de votantes en los municipios de Solidaridad y Cozumel. Sin duda su principal promotor de votos se encuentra en la aglomerada y participativa ciudad de Playa del Carmen, donde siempre han obtenido marcadas diferencias, incluso, hasta llegar al 5-1.
El municipio de Benito Juárez, donde se asienta la gigantesca ciudad de Cancún, será la balanza donde se definirá el triunfo del próximo gobernador de Quintana Roo.
Los resultados son verdaderamente de pronósticos reservados, porque además de los candidatos a las presidencias municipales, el trabajo de campo, el famoso “a ras de tierra” lo realizarán los candidatos a diputados y es ahí donde la ventaja se inclina a la alianza que tiene el PRI, PVE y Panal.
Sin temor a la equivocación, el mayor obstáculo que tiene la coalición del PAN-PRD se llama Gregorio Sánchez Martínez y familia. Desde ahora Julián Ricalde y compañía saben que su principal oponente no sólo será Remberto Estrada Barba, candidato de la coalición “Somos Quintana Roo”, sino que también su “papá político”, es decir, “Greg” Sánchez, quien lo sacó de la opacidad hasta convertirlo en presidente municipal.
Greg Sánchez, Alejandro Luna, Niurka Saliva y los parientes de estos que jugarán para las diputaciones por el PES, son una mortífera amenaza para Julián Ricalde, porque no sólo lo opacan sino que le restan una buena cantidad de votos de perredistas, petistas y panistas que ya los tenía contabilizados como suyos.
Hasta ahora en Cozumel, Isla Mujeres, José María Morelos, Bacalar y Othón P. Blanco no existe candidato alguno que pueda presumir una clara ventaja sobre sus adversarios. Por ejemplo: En la Isla de las Golondrinas a pesar de la permanente campaña de la ex diputada, Perla Tun, los momios no juegan a su favor como hace seis meses donde se otorgaba una ventaja de hasta 10 puntos.
Similar situación se vive en Isla Mujeres, donde la panista Alicia Ricalde viene en decadencia, especialmente porque se aferró para que su hija, Atenea, estuviera en la planilla.
En José María Morelos la salida de Pedro Pérez Díaz de la coalición “Quintana Roo UNE” fue un letal golpe para que Domingo Flota Castillo gane por tercera ocasión la presidencia municipal. Aquí, tanto los dos antes citados como “La Cheya” Valadez, incluso, el independiente, tienen la posibilidad de obtener el triunfo.
En Bacalar las cifran no cuadran para Alexander Zetina Aguiluz, quien sigue pensando que por ser el candidato de la poderosa máquina tricolor ya ganó la elección, grave yerro que comete el aliancista porque el petista, Mauricio Morales Beiza sigue sumando adeptos tanto en la cabecera municipal como en las comunidades rurales.
En Othón P. Blanco las cosas están que arden al rojo vivo debido a que la popularidad de Luis Torres Llanes opaca la tibieza con la cual hasta ahora se comporta Arlet Mólgora Glover.
A la candidata de la coalición PRI-PVE y Panal habría de recordarle que el proceso ya inició y que los votos se ganan convenciendo a la gente, visitandola, llevando a sus hogares la propuesta política.
Aun cuando es prematuro hablar sobre el tema, pero presumimos que estas elecciones pasarán a la historia por la enorme participación de los quintanarroenses, confiamos que será menor el porcentaje de abstencionismo en comparación con las dos anteriores.