La lucha por la dirigencia del Partido Acción Nacional ha tomado una directriz mucho más aguda de lo que se pensó al interior de ese instituto político, al grado de involucrar a los alcaldes que llegaron al poder abanderados por la coalición Quintana Roo UNE.
“Radio Pasillo” no miente, y sus fuertes notas hoy hablan de condicionamientos en los presupuestos para los municipios a cambio de que las y los presidentes municipales otorguen respaldo al gallo de quien mueve los hilos desde el Poder Legislativo.
Nivel crítico, le llaman propios y extraños. Un exceso de consecuencias mayúsculas que motivaron incluso la intervención del mismísimo gobernador Carlos Joaquín González, para meter orden entre quienes lideran esta contienda.
Por instrucciones del mandatario quintanarroense, el encargado de la Política Interna del Gobierno del Estado, será quien se encargue de poner freno a esta presunta acción que hoy “pone a la mesa de negociación” los recursos correspondientes al Ejercicio Fiscal del 2017, para ayuntamientos como Othón P. Blanco, Solidaridad y Cozumel.
Y no es que esto asombre, pero sin duda –lo que hoy suena- se asoma como un escenario gris para el derrotero del Gobierno del Cambio, que suficientes golpes ha tenido en sus primeros pasos con los altisonantes anuncios de despidos, los “camotazos” propinados por el arribo al poder de personajes importados de otras entidades, así como las malas calificaciones que han propinado algunos medios a la vocería Joaquinista.
Lo cierto es que la lucha de poder entre los liderazgos, por el control de un PAN quintanarroense que hoy toca la cima como partido político, ha cambiado de tono al grado de caer en las mismas prácticas que tanto se han criticado del defenestrado priismo.
¿Bastará pues con poner cara a cara a Eduardo Martínez Arcila y a Francisco López Mena para destrabar este engorroso asunto?
Pues no hay que pasar por alto que las rivalidades entre ambos van más allá de ganar terreno en el campo de batalla por la Presidencia del panismo. Lo de menos es que gane Juan Carlos Pallares o Mario Rivero Leal, ahijados del Presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado y del Secretario de Gobierno, respectivamente; lo preocupante es que esta lucha llegue a un nivel de condicionamientos.
Los informes de “Radio Pasillo”, aseguran será en el transcurso de esta semana –pudiera ser este mismo lunes- cuando estos dos liderazgos panistas se sienten a la mesa para tratar este tema que, valga la redundancia-, hoy distrae la agenda del gobernador Carlos Joaquín por considerarse de “obvia y urgente resolución”.