Balanza
Por Mario Castillo Rodríguez
A punto está de terminar una administración municipal de fracasos y retrocesos
Una vez quedado atrás el proceso electoral, los reflectores se dirigen hacia los presidentes municipales en turno, hacia la culminación de uno de los peores periodos municipales en la historia de Quintana Roo.
Este trienio –que ni siquiera fue de tres años-, estuvo marcado no solo por una inmensa crisis económica que prácticamente paralizó las acciones y obras de los gobiernos municipales, sino que estuvo encumbrado de figuras disfuncionales que dejaron mucho que desear con su pírrico actuar y que la historia de este joven estado les cobrara las facturas cada que su nombre sea mencionado. A muchos no les agradará este comentario pero la realidad no se puede ocultar.
A continuación pondré a consideración pequeños puntos de vista de las administraciones más polémicas:
Primero la de la defenestrada alcaldesa Edith Mendoza Pino, quien hizo del noveno municipio un botín personal en donde los excesos fueron la constante hasta dejar en ruinas las arcas municipales y por los suelos las políticas públicas de un municipio en pleno desarrollo. Hoy las rejas hacen compañía a la solitaria y malquerida dama.
Desde luego, en el municipio capitalino las cosas no han sido miel sobre hojuelas para un alcalde como Carlos Mario Villanueva Tenorio que se dibujó en la mente una persecución política inexistente para no reconocer su falta de capacidad, su falta de carácter y mesura para conducir los destinos de uno de los municipios más importantes de la Entidad.
Fue tan fácil para el hijo de tan querido ex gobernador culpar a su antecesor de las enormes deudas, y en su afán de ser mesías contrato más empréstitos que hoy tiene al ayuntamiento en la total quiebra financiera.
Sin duda, un escenario muy diferente al que los capitalinos esperaban, ya que como diputado de la XII Legislatura Villanueva Tenorio se desempeñó con mucho profesionalismo.
Y el también ex diputado, Aurelio Joaquín González, hizo en este corto tiempo una piltrafa del ayuntamiento cozumeleño con su deplorable desempeño como alcalde.
Sus presuntas adicciones y su carácter explosivo e intolerante dieron cuentas de una administración fallida que lo puso fuera de las preferencias del propio Mandatario estatal aún y cuando pertenece al mismo partido político de éste, aun y cuando es también nacido cozumeleño, aun y cuando Lito se dijo “soldado del Gobernador”. Falló en la misión, y le falló a todo su pueblo, nada queda de aquel dinámico legislador que daba muchas esperanzas de progreso a su municipio.
En Lázaro Cárdenas fue un escenario similar, lo digo por el desgobierno y la falta de voluntad política que práctico la panista Trinidad García Argüelles, muy distante a sus gobernados y ajena a la problemática social, haciendo del palacio nido de incompetencia y lucro para conquistar sus intereses personales y los del selecto grupo que le llevo al poder, obviamente no todo se consiguió pues el Tricolor regresa a palacio municipal y Triny no dará continuidad a su oscuro reinado.
En isla mujeres es tan simple mencionar que las acciones de Hugo Sánchez Montalvo estuvieron muy a su altura, chiquilladas de trabajo que dejaron mal parada a su madrina política Alicia Ricalde Magaña, tanto que con su deficiente actuar dejo que el PRI les arrebatara la silla presidencial para el siguiente trienio.
Benito Juárez, la joya de la corona, y que está más empeñada que la tele de la abuela, ha dado cuentas de una administración de oposición que poco o nada ha hecho para marcar las diferencias que tanto fueron cacareadas en campaña por Julián Ricalde Magaña.
Las viejas prácticas priistas fueron mejoradas muy al estilo personal del “bigotón” para llevar agua a su molino, y sus diferencias con el Ejecutivo Estatal fueron la constante que enmarco una administración por demás corrupta y que fue expuesta a la opinión pública a través de un video.
Julián Ricalde no sólo selló el fin de su efímera carrera política y colaboró en la derrota de su hermana “Licha Ricalde” en las urnas, sino que entregó en charola de plata el municipio benitojuarense al tricolor.
Así las cosas, todos y cada uno de los aquí mencionados difícilmente encontrarán un espacio futuro en el escenario político y quién así lo consiga, no será más que un premio a su incompetencia, porque desde luego, habrá quien los considere un mal necesario.
Lo cierto es que se acabó la farsa, pues todos y cada uno de los involucrados en esta administración de fracaso ya podrán quitarse la careta de gobernantes modelos para enfrentar una realidad a la que el pueblo dará juicio oportuno.
PD. Los ayuntamientos y munícipes no mencionados no son ejemplo a seguir, mucho menos incompetentes, simplemente podemos mencionar que pasaron la prueba “de panzazo”.