Nicolás Lizama
¿Un cartucho quemado o un novel al que se le pueda dar el beneficio de la duda?
Vaya dilema del electorado.
Son las dos opciones.
No se ve a un político con trayectoria en quien confiar y que por ende pueda presumir de encabezar un cambio.
Para empezar, sus currículums los condenan: mínimo han cambiado de “piel” dos o tres veces.
Alguien así, tan facilón, tan alquilable, no merece ni los buenos días, menos la confianza plena.
Te dejará colgado de la brocha a la menor oportunidad que se presente.