Nicolas Lizama
Hay algunos cristianos que al grito de “no hay peor lucha que la que no se hace”, queman sus cartuchos de a oquis.
Aspiran a un puesto de elección popular y tienen mucha cola que les pisen.
En el remoto caso de que logren sus propósitos, todo es posible en esta vida, el elector no tendrá más disyuntiva que votar por el que tenga la cola menos larga.
Roguemos para que no llegar a tanto.
Ya basta de calamidades.