Balanza
*La Oficial Mayor se dice dispuesta a pagar los costos políticos del despido de personas, que a decir de ella no son indispensables para la administración estatal
Por Mario Castillo Rodríguez
Perteneciente a la vieja escuela y amplia conocedora de las amañadas prácticas de la clase política oscura, la Oficial Mayor Rosario Ortiz Yeladaqui, hoy minimiza los reclamos que han realizado los más de mil 600 empleados que fueron despedidos por la fusión de dependencias del Gobierno del Estado, y se dice estar dispuesta a pagar los costos políticos de lo que llamo una serie de ajustes financieros al liquidar a personas que, a decir de ella, no son indispensables en la administración.
Todos sabemos que la situación que hoy viven los empleados estatales le vale madre, pero no lo tiene que decir, pues “Charito” goza de una buena posición económica que ha conseguido gracias a una carrera política construida a base de negociaciones, y con la que se han beneficiado tanto ella como familiares, y si nos referimos a los costos políticos, también le valen madre, y al doble, pues estos recaerá en la figura del Ejecutivo y no en su persona, que más da entonces.
Los hermanos aviadores:
Aquí sería bueno dar un vistazo a la lista de los hoy desempleados a causa de la reingeniería administrativa, para ver si su hermano Rubén “Memin” Ortiz Yeladaqui también dejó de ser “indispensable” para la administración pues aún y cuando todos sabemos que su consanguíneo hace ya muchos años que no se para por oficina alguna para trabajar, pues lo suyo es el negocio de los bares y cantinas con la venia y respaldo del poder de su hermana, sin embargo cobra un modesto salario estatal que le permite una vida más desahogada. Incluso el pasado mes de junio, el buen “Memin” recibió un reconocimiento por sus “20 años” al servicio del Gobierno del Estado, recibiendo un estímulo económico por alrededor de 35 mil pesos. ¡Hágame Usted el favor!, un total insulto para los empleados que si devengan, y por mucho, su hoy aminorado salario.
Ni que decir de su hermana Nelia Ortiz Yeladaqui, adscrita a la nómina gubernamental, también sin trabajar, con sueldo de Subdirectora en la Secretaría de Cultura. La historia nos habla de una Nelia que en tiempos de Norma Jiménez de León, directora Administrativa del entonces Instituto Quintanarroense de la Cultura (IQC) fue despedida por fraude y recibió una jugosa liquidación para taparle el ojo al macho, pero por calor de su hermana “Charito”, fue reinstalada en la lista de aviadores de dicha dependencia respetándose su antigüedad como si nada hubiera pasado, y donde permanece hasta la actualidad cobrando sin trabajar.
Y como los anteriores también hay otros familiares de la Oficial Mayor que viven en la comodidad de la ubre estatal, acomodados en diversas dependencias gracias a los placeres del tráfico de influencias.
Así las cosas en tiempos de austeridad donde los vicios no forman parte de la reingeniería.
Recordemos que Ortiz Yeladaqui tiene una amplia carrera política en Quintana Roo que hablan de un poco más de dos décadas viviendo en las comodidades que brinda el erario público, pues ha sido Presidenta Municipal de Othón P. Blanco de 1990 a 1993, Diputada Local por el I Distrito de la X Legislatura del Congreso del Estado de Quintana Roo de 2002 a 2005, Presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI, Directora del Infovir, cargo que ocupaba hasta 2006 cuando Félix González Canto la designó Secretaria General del Gobierno del Estado, también ha ocupado el cargo de Diputada Federal por el II Distrito de la Entidad y actualmente funge como Oficial Mayor del Gobierno del Estado donde ha demostrado no sólo inoperancia sino una total sumisión que, desde luego, le permite mantener un nivel de vida por demás cómodo, al estilo las Vegas, pues a la Oficial Mayor se le conocen sus gustos por el juego y sus constantes visitas nocturnas a la zona franca de Belice donde derrocha “su dinero” ¿O del erario público? en esas mesas y máquinas que han llevado a la bancarrota a un sinnúmero de conocidos personajes capitalinos, incluso a reconocidos periodistas, pero esa, es otra historia.
Lo cierto es que Rosario Ortiz, lo “Charito” solo lo lleva en el mote, pues su postura dista mucho del sentido común atrás a quedado esa estampa populachona que le llevó a ser Alcaldesa capitalina y hoy se suma a esa lista de personajes insensibles a los que las penas de la sociedad les importa un carajo. Total, ellos viven a toda madre.