Únicamente bajo presión política o partidista se podrá comprender que la diputada Marcía Fernández Piña y su colega, Jesús de los Ángeles Pool Moo aprobaran la revisión y dictamen de la cuenta pública del 2013 del ayuntamiento de Benito Juárez, ya que ambos durante su paso como regidores del cabildo del Cancún en citada trienio aprobaron cuentas públicas, presupuestos de egresos, ingresos, paquete fiscal y todo lo propuesto por en aquel entonces, alcalde, Julián Ricalde Magaña.
Ahora ya bajo la figura de diputados integrantes de la XIV Legislatura del Congreso del Estado no les quedó de otra, alzar la mano y apoyar la causa partidista, es decir, aprobar la solicitud para auditar el 30 por ciento restante de la cuenta pública del perredista Julián Ricalde Magaña de los últimos meses de su gestión.
La que menos pierde con tal situación es Marcía Fernández porque es seguro que luego de septiembre del 2016 regresará a cumplir con su responsabilidad de ama de casa, no así de Pool Moo quien tiene grandes esperanzas de continuar su ascendente carrera política.
Sin duda tal situación, aprobar la revisión de una cuenta que hace dos años avalaron y aseguraron que no tenía observación negativa al respecto, tendrá un alto costo social para Jesús Pool, pero también deja constancia que trae la playera tricolor bien puesta, que defiende a ultranza la línea que dicta su partido aun cuando en ocasiones resulte contraproducente, como es el caso.
Alguien tenía que ponerle el cascabel al gato y Chucho Pool se atrevió, habrá que ver lo que el destino le depara.
La GATOPARDIANA Maribel Villegas y su “trasnochada” propuesta de transporte público
No cabe duda que a la diputada Maribel Villegas le fascina tener los reflectores a su máxima capacidad sobre su humanidad, aunque para lograrlo proponga cosas que desde su punto de partida no son posibles de realizar.
Meses atrás sus propios colegas priistas “tiraron” o enviaron a la “congeladora legislativa” una de sus locas iniciativas (regular parquímetros y cobros en estacionamientos públicos), ahora los sorprendió con una para regular el transporte público.
Habría que preguntarles a los ayuntamientos, si serán ellos quienes absorberán los millones de pesos que por concepto de descuento de las tarifas dejarán de recibir porque los dueños de combis que prestan servicios de transporte público, socios de Autocar, Turicun y Tucsa seguramente no apechugaran, ya que a duras penas incrementaron sus tarifas.
Si en verdad Maribel Villegas pretende dejar huella como diputada de la XIV Legislatura se le sugiere que promueva Leyes que en verdad beneficien a la sociedad y a los prestadores del servicio de transporte público, por ejemplo, promover la eliminación de la figura de concesionario y crear la de permisionario, con la cual garantiza el beneficio directo a los verdaderos operadores del volante.
Entonces diputada, no pretenda seguirnos vendiendo espejitos con iniciativas de relumbrón y que sabe bien que nunca beneficiará a los quintanarroenses.
En plena faena legislativa, Emilio “Pájaro” Jiménez levanta el vuelo y se fuga a luna de miel
Tal parece que el diputado aliancista se prepara -con mucha anticipación- para cumplir con los requisitos que exige la Constitución del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo para quienes aspiran a ser presidentes municipales, ya que desde el pasado viernes contrajo nupcias.
Ahora que ya tiene a la afortunada dama que podría fungir como presidenta del DIF en el municipio de Lázaro Cárdenas para el trienio 2016-2019, Emilio Jiménez debe enfocar su atención en atender su responsabilidad como diputado local, porque en la sesión del miércoles pasado la mayoría requerían de su apoyo para revisar y aprobar las cuentas públicas.
El perredista Aguilar Osorio y el petista Hernán Villatoro se agarran del chongo, por defender y denostar a Ricalde Magaña
Mientras el perredista Jorge Aguilar Osorio insistía en aplicar un criterio sin tintes partidistas para revisar y aprobar las cuentas públicas, su colega, el petista, Hernán Villatoro promovía lo contrario, de manera especial con lo erogado por el ex alcalde de Cancún, Julián Ricalde Magaña.
Debió haber sido mayúscula la ofensa hecha por los perredista o Julián Ricalde hacia el PT o la gente de Villatoro Barrios, a tal grado que por primera ocasión vimos al chiapaneco cerrarse, bajar la cortina, negarse a la negociación y sí al contrario, aprovechar el micrófono del Poder Legislativo para denostar con funcionarios cesados en la administración del bigotón.
Es válido? Esa pregunta sólo usted, amable lector, puede contestar. Lo único que nosotros podemos decir es que no se ve bien que los diputados utilicen su poder para atacar a sus adversarios políticos, en lugar de ocupar su tiempo para promover leyes que beneficien a los quintanarroenses.
Los misterios gloriosos del Congreso
La semana santa de 2015 pasó desapercibida en el Congreso del Estado, tal vez por la fuerte dinámica de la agenda legislativa que ocupa tanto a diputados como a la desproporcionada burocracia del Poder Legislativo.
Pero, fue el tiempo más oportuno para reflexionar sobre misterios gloriosos que dejan a más de un ciudadano pensativo o preocupado. Y ya que estamos hablando de vacaciones vinculadas a la religión católica, veamos cuáles son estos misterios:
Primer misterio glorioso. Se trata de un legislador que sin importarle el protocolo institucional ni las recomendaciones de sus compañeros de curul, porta un sombrero de manera permanente aún en el salón de plenos, como si tuviera que protegerse del calor que desprenden las grandes ideas de algunos diputados, como el retórico Hernán Villatoro o la ocurrente Susana Hurtado.
Muchos ciudadanos murmuran que el diputado del sombrero usa tal prenda para ocultar su timidez, pues no quiere evidenciar lo que todo mundo ya sabe, o sea, que no sabe hablar y que tampoco sabe por qué y cómo llegó al Congreso. Pero, hay otros especuladores que dicen que el legislador tiene pegado el sombrero en la cabeza y por eso nunca se lo puede quitar. El misterio ha crecido a tal grado, que lejos de llamarlo por su nombre, la muchedumbre le llama el diputado champiñón, porque lleva un sombrero pegado al cuerpo.
Segundo misterio glorioso. Dirige una dependencia que hace investigación legislativa, según el reglamento interior del Congreso del Estado. Pero, jamás ha publicado un pasquín en toda su vida. Tiene un equipo de trabajo que tampoco tiene experiencia de investigación y no son pocos los envidiosos que suponen que ni tesina pudieron hacer los chiquitines del Instituto de Investigaciones Legislativas.
Lejos de proponer al presidente de la Gran Comisión algún programa de trabajo o de estudios especializados para apoyar el trabajo de los diputados (sobre todo, el de los faltistas o que no han presentado una sola iniciativa en año y medio de legislatura), se la pasa en el cotorreo en los pasillos o en los eventos del Congreso para el lucimiento personal. Tiene cara de guasón y de jefe de pandilla, pero está muy lejos de ser capitán.
El último evento que le encargaron sus superiores fue el Parlamento Infantil, pero, se lo comieron vivo el director más ocioso del poder legislativo, el abogado Luis Buenfil, que algunas veces visita la biblioteca del Congreso para decir que trabaja, y el fatídico Benjamín Baca, que es siempre el frijolito negro en el arroz. Ambos funcionarios chamaquearon al imberbe director de “Investigaciones Legislativas”, cuyo misterio más glorioso es saber por qué si destaca por su talla alta no puede destacar por su compromiso institucional. O sea, no dirige, no coordina y tampoco investiga.