De cara al futuro proceso electoral federal que iniciará de manera oficial a fines de este 2014, donde se renovarán a los inquilinos de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, las piezas del ajedrez ya empiezan a reforzarse para construir un escenario que deje dividendos políticos rentables para los diferentes partidos políticos asentados en Quintana Roo.
En este juego de poder, las tribus y clanes dominantes del estado desde años atrás han trabajado su estrategia en aras de salir a la batalla con sus mejores alfiles, con cuadros políticos de simpatía y arrastre en el electorado; todos ellos garantes de triunfo.
Aquí los partidos de oposición tendrán su prueba de fuego para mantener registro y mucho arrojo para aspirar a victorias, pero lamentablemente la mayoría de ellos no han logrado reponerse del descalabro sufrido en las pasadas elecciones locales intermedias donde el Partido Revolucionario Institucional dio cuentas de su flaqueza y desgaste. Habrá que mantenerlos bajo observación para ver cómo se desarrollan en lo que está por venir.
En el caso particular del partido en uso del poder oficial (PRI), en este escenario venidero donde las figuras jóvenes jugarán un papel trascendental para construir una nueva generación de políticos, nadie ha tomado en cuenta que pueden surgir los fantasmas del pasado, con sorpresas que podrían cambiar el curso del concierto político quintanarroense que muchos ya vislumbran aterrizado incluso antes del proceso.
Y no es que seamos agoreros ni mucho menos expertos en política, pero si analizamos muy bien lo que hoy se desarrolla tras bambalinas, caemos en la conclusión de que el exceso de confianza podría ser el peor enemigo del Revolucionario Institucional, ya que en primer lugar las piezas no serán acomodadas como en procesos anteriores, con el regreso del Tricolor a la Presidencia de la República las reglas han cambiado y primero deberán pasar por la aduana de Los Pinos para recibir la venia, que desde luego será un punto crucial en la toma de decisiones y esto debe ser tomado en cuenta por aquellos que gustan del juego adelantado y que ya se sienten arriba de la silla.
Nombres hay muchos, pero son más los ambiciosos que incluso se atreven a brincar las trancas sin atisbar que en la osadía cavan su tumba. “El que por ambición juega, por obligación pierde”, dice el viejo y conocido refrán.
Los fantasmas del pasado
Valga la redundancia, nombres hay muchos, pero las decisiones están en manos de unos cuantos y es aquí precisamente donde surgen los fantasmas de un pasado que muchos quisieran ya enterrado. Un pasado que guarda tributo a la memoria de un político como pocos, y que supo ganarse a pulso la simpatía de las y los quintanarroenses en cada rincón de la periferia estatal.
Así es, se trata nada más y nada menos que del ex gobernador Mario Ernesto Villanueva Madrid, un político nato de Quintana Roo que fue carne de cañón para ese voraz sistema que imperó a finales del siglo pasado, que sin querer convirtió en héroe a su presa. La desgracia fue el azote de cincel que esculpió los lauros del hoy preso en el extranjero.
Empero, el trabajo político y el decidido impulso al desarrollo de Quintana Roo, fueron la amalgama que le dio un plus al apellido que hoy para muchos está olvidado pero que sin duda –de regresar a la escena pública a fines de este año como se tiene contemplado-, dará un rotundo vuelco al escenario político ya proyectado.
No hay que dejar al olvido que Mario Villanueva fue el que dio impulsó a los grandes proyectos que hoy marchan y dan nombre a nuestra Entidad en el plano internacional en materia turística (desde el Corredor Turístico Cancún-Tulum, hasta lo que hoy conocemos como La Gran Costa Maya). El campo, la asistencia social y la obra pública –entre otros-, fueron rubros que recibieron mayor impulso y que desde luego le ganaron un reconocimiento y estima que al día de hoy sigue latente. Pues aun y con el paso del tiempo donde se hace escuchar su nombre y apellido, los aplausos retumban los escenarios.
Pero nunca falta el negrito en el arroz. Lamentable fue para propios y extraños el deplorable desempeño de su heredero. El otrora alcalde capitalino Carlos Mario Villanueva Tenorio, dejo por los suelos el apellido de su padre, pero la conciencia social sabe guardar tributo a quien a quien se lo merece, y desprecio a quien mancha los legados.
La unión hace la fuerza
Lo cierto es que la fuerza de Mario Villanueva está más viva que nunca y esto deben tenerlo muy en cuenta sus detractores políticos. Léase Joaquín Hendricks Díaz y camarilla; y muchos otros que ya sienten pasos en la azotea.
No obstante, si analiza detalladamente el contexto, singular será para el PRI ganar resultados en base a la suma de poderes. La unión hace la fuerza, y eso podría dar beneficios políticos como nunca antes en la historia de Quintana Roo. No hay que olvidar que al día de hoy el PRI camina en un escenario endeble a causa de las ‘reformas’ a modo impuestas a la sociedad. No está de más tener aliados que garanticen votos sin el mayor esfuerzo. La confianza no es una opción en los tiempos actuales.
Para los del clan dominante, lo antes expuesto será el termómetro perfecto no sólo para medir capacidades, sino para redoblar las filas si es que la intención es trascender en las esferas de la política quintanarroense.
Lo cierto es que en materia política no hay nada escrito, porque cada quien tiene el compromiso de redactar su propia historia, y en lo que corresponde a los juegos democráticos, la astucia y el empuje, son piezas claves en búsqueda de conquistas, en la búsqueda de un poder transexenal. No hay que olvidar que “Cuando el rio suena, es porque agua corre”.