Chetumal.-El diputado panista Sergio Bolio Rosado, lamentó la salida del regidor José Hadad Estefano de las filas del Partido Acción Nacional, y aunque omitió comentario al respecto, su silencio evidencia el completo desacuerdo en las conductas desleales y traicioneras del dirigente estatal de este instituto político Eduardo Martínez Arcila, que orillaron al concejal de Othón P. Blanco a dejar el partido tras 15 años de militancia.
Y es que el actuar de Martínez Arcila, en afán de conformar y posicionar a los grupúsculos que le secundan en su negro derrotero político, ha generado un clima de inestabilidad, así como una serie de fracturas al interior del PAN, que derivaron también en resultados desfavorables en las urnas el domingo de ayer, al igual que en elecciones anteriores, llámese internas o institucionales.
Tampoco se puede pasar por alto la falta de apoyo y cerrazón que el actual dirigente panista encabezó contra los candidatos a diputados federales que no eran parte de “su equipo”, al descobijarlos en lo que a recursos y promoción correspondía durante una campaña en la que tuvieron que hacer de tripas corazón, y por cuenta propia.
Volviendo al tema, en entrevista exclusiva para este medio de comunicación, Bolio Rosado desestimó que esto, la salida de José Hadad genere un éxodo de importantes figuras al interior del Acción Nacional quintanarroense, pero no descartó tales posibilidades ante el escenario aquí expuesto por un servidor.
“No puedo asegurar que esto derive en una desbandada, pues como panista no deseo ver a mi partido debilitado y fraccionado, pero se puede esperar lo peor como producto de diferencias e inconformidades personales que en nada nos favorecen como instituto político”, aseveró el también ex dirigente estatal panista.
“Yo tuve el gusto de trabajar con José Hadad, y aunque en su momento hubieron cuestiones que nos marcaron diferencias, a final de cuentas hicimos mancuerna en la Presidencia y la Secretaría General del Partido con buenos resultados para la militancia y para el PAN en su conjunto”, comentó.
No obstante, aseguró que en lo particular permanecerá en las filas del albiazul ya que sus convicciones y su responsabilidad moral así lo exigen. “Yo soy panista de la vieja guardia, y como tal asumo mi postura, sigo y seguiré siendo panista”, agregó.
Por último, se dijo comprometido a asumir el liderazgo que siempre le ha caracterizado dentro y fuera de la dirigencia estatal, ya que “el compromiso es con la militancia y con los electores, y no así con los intereses personales o de grupo; y eso es lo que debemos privilegiar para lograr la hegemonía como partido”, puntualizó el legislador Sergio Bolio Rosado.
En conclusión, el juego sucio de Eduardo Martínez día con día va cobrando enormes fracturas que van dando cuentas de un panismo sin cabeza; pues la que tiene actualmente se conduce como un perfecto descerebrado que solo persigue el beneficio económico en el intercambio de la estabilidad política y moral de su partido.
Y una clara muestra se pudo ver el día de ayer durante la votación con el trato dado a los vigilantes de casillas que a cambio de un día de entrega al partido recibieron una porquería de comida pues como siempre, el ambicioso Dirigente Estatal optó por darle una “pellizcada” a los dineros destinados para esos fines, tal y como denunciaron un grupo inconformes a nuestro corresponsal en la ciudad de Cancún.