Por Felipe Hernández
Faltan más de ocho meses para las elecciones concurrentes (federales y locales) del año próximo. Sin embargo en semanas recientes quienes aspiran a los cargos en disputa han acrecentado su activismo, con el objetivo de lograr que los electores los tengan como referencia, sepan que tienen aspiraciones, aunque la mayoría sólo tiene ambiciones.
Paulatinamente los aspirantes a las presidencias municipales y diputaciones federales han ido tomando casi por asalto las redes sociales, fundamentalmente. Ninguno puede afirmar abiertamente que quiere ser candidato ni hacer reuniones pidiendo votos, pues aunque el proceso electoral federal ya inició formalmente todavía no empieza el proceso local y, desde luego, aún no es etapa de precampaña o campaña.
Durante el largo crepúsculo del PRI como partido hegemónico casi único la clase política creó frases que se quedaron como paradigmas de la política mexicana. Una de ellas, atribuida al entonces dirigente vitalicio de la CTM, Fidel Velázquez, aconsejaba «El que se mueve no sale en la foto«. Es decir, el aspirante que se adelantaba y hacía excesiva labor de posicionamiento corría el riesgo de que el presidente de la República o el gobernador en turno (que eran, a la par del cargo formal, líderes reales del PRI) se enojaron y los dejaran fuera de la contienda por los cargos de elección.
Hoy la situación es distinta. Hoy es indispensable que los aspirantes trabajen para posicionarse entre los electores. Quienes tienen cargo público deben esforzarse por dar buenos resultados y comunicarlos eficientemente y quienes no están en la administración pública deben procurar que su pasado no sea una carga negativa y que su discurso resulte atractivo.
Hay, desde luego, muchos otros factores a tomar en cuenta. Por hoy sólo apuntaré que los malos resultados del gobierno de Carlos Joaquín a nivel estatal y de los presidentes municipales respectivos y la división en los partidos políticos que representan disminuyen las posibilidades de los aspirantes que buscan ser abanderados por esos partidos.
Por ejemplo, el visible conflicto entre los representantes de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados y la falta de una dirigencia que aglutine y sea capaz de lograr la concordia entre sus cuadros le resta posibilidades de triunfo a quienes resulten candidatos del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. No se ve, por ejemplo, cómo los simpatizantes de Marybel Villegas, José Luis Pech y Luis Alegre trabajarán juntos si cualquiera de los tres logra imponer candidato a candidata a la presidencia municipal de Othón P. Blanco. No hay manera. El pleito que se traen simplemente hará imposible que cierren filas. Y esto se ve incluso en la administración municipal de Otoniel Segovia, donde las diferencias entre los grupos trastorna el trabajo y dificulta dar resultados. Esto abre la puerta para que Morena opte por algún personaje ajeno a esos conflictos y que tenga la sensibilidad necesaria para ser factor de unidad. Observó que uno con esas características anda haciendo activismo desde hace meses y está posicionándose entre los votantes.
Los resultados en Coahuila e Hidalgo sin duda envalentonaron al PRI en Quintana Roo. Debe apuntarse, sin embargo, que esos estados tienen gobernadores priistas que son líderes que aglutinan a cuadros y militancia. No es el caso en el estado, donde Carlos Joaquín no es activo ya para los partidos que lo postularon a la gubernatura y aunque ya mostró públicamente que puede volver a trabajar junto con Félix González Canto falta que lo que queda del priismo se lo crea y olvide los agravios recibidos, además de que sus resultados no son lo que esperaba la ciudadanía.
Sirve, por supuesto, que algunos priistas se entusiasmen con los resultados en Coahuila e Hidalgo. Se notó de inmediato que aumentaron su activismo en redes sociales. Más aspirantes puede significar también más opciones para la ciudadanía; ya se verá. Y sirve que haya auténtica competencia, que el elector valore que su voto sí puede ser fundamental para el triunfo de la candidata o candidato de su preferencia.