Lágrimas de Yaaxché
“Amor con amor se paga” reza el viejo y conocido refrán, y llegó el momento que el Gobierno del Cambio pague al empresario chetumaleño Norman Angulo Mcliberty los favores ofrecidos en campaña al contador Carlos Joaquín González, como el reparto de 2 mil despensas que éste ofreciera el 5 de junio para coaccionar el voto, aunque en su momento gritó a los cuatro vientos que no tenía inclinación hacia ningún candidato.
Tampoco hay que pasar por alto que el dueño del conocido hotel capitalino, puso las instalaciones a disposición del entonces candidato de la alianza Quintana Roo UNE y su equipo cercano de colaboradores, lo que a la fecha también le ha redituado ya que “Los Cosos” pasó a convertirse en el privilegiado centro de hospedaje del Gobierno del Estado.
Pero “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, y en este intercambio de favores entre el edificio ubicado en el kilómetro 5 de la carretera Chetumal-Calderitas -que todos saben es propiedad del favorecido personaje capitalino-, y que cuenta con alrededor de dos mil metros cuadrados de construcción y con un estacionamiento de una superficie similar.
Muchos años atrás, este inmueble albergara al extinto centro nocturno Nicte-Ha, que el señor Norman Angulo comprará a la señora Rita María Heredia Martín (QEPD), para convertirlo en un complejo de oficinas para su renta a la iniciativa privada o instancias del gobierno, lo cual no le resultó durante la pasada administración estatal.
“Nos cambiamos de casa”, es la frase que corre como el agua al interior de las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena, dependencia que se mudará en las primeras semanas de noviembre a la propiedad que el empresario hotelero dará en renta al Gobierno del Cambio, por una “accesible” cantidad cercana a los 150 mil pesos mensuales.
Pues a la fecha la SEDESI está dividida en tres edificios, y bajo el argumento de las excesivas rentas, pagarán una sola favoreciendo a uno de los amigos predilectos del gobernador de Quintana Roo, es decir, al señor Norman Angulo Mcliberty.
Ahora bien, no hay que pasar por alto que el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN), establece como norma que las dependencias federales deben situarse dentro de las manchas urbanas, y con fácil acceso y comunicación para la población. Exhorto que se interpreta también para los entes estatales y municipales.
Esta norma va directamente hacia aquellas entidades que tratan de manera directa con la atención a grupos vulnerables de la población, como es el caso de la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena, pero que dado la nueva ubicación (Km. 5 carretera Chetumal-Calderitas) y contrario a lo antes señalado, limitará el acceso de la sociedad por la distancia y el costo adicional que generará a quienes se trasladen a la capital del estado desde las diferentes poblaciones de Quintana Roo.
Lo cierto es que el afamado empresario chetumaleño no sólo consiguió que el ayuntamiento de Othón P. Blanco presidido por Luis Torres Llanes, siga contribuyendo a sus generosos activos con el arrendamiento del edificio denominado “El Valor de lo Nuestro” por la cantidad de 150 mil pesos mensuales, sino que ahora duplicará sus rentas por concepto de oficinas gracias a la amistad que tiene con el titular del Ejecutivo Quintanarroense.
Más lo que se vaya acumulando.