Peto, Yucatán.-“No podemos darles la espalda a conocimientos generados hace miles de años en el territorio maya “señaló Bernardo Caamal Itzá, al compartir la importancia del Xok k’iin al participar el pasado 21 de diciembre, día nacional de la cultura maya, celebrada en Nunkini, Campeche.
En las milpas del territorio maya peninsular, aún los milperos, continúan cultivando esas semillas de maíz Xmejen Naal (maíz de ciclo corto), Xnuk naal (maíz de ciclo largo), y que mejorar estas semillas, tuvieron que considerar los tipos de suelo, la antigüedad del espacio a cultivar (milpas nuevas o cañadas), los tiempos en que se presentan las lluvias, sequías, frentes fríos, entre otros elementos de vital importancia para cultivar el ichkool o la milpa.
Entonces, llegar al esplendor cultural que tuvieron y que sin importar la situación kárstica de los suelos peninsulares, tuvieron que desarrollar una agricultura que les permitió obtener los alimentos necesarios para alimentar a los habitantes de las grandes ciudades; por lo que significó tener un profundo conocimiento del entorno para desarrollar la agricultura y se obtenga la cosecha, lo que significó el profundo conocimiento de los astros y desarrollar un calendario que permita su desarrollo cultural.
Lo que significó entonces, desarrollar un sistema de pronóstico que le permitiera cultivar la tierra, con las semillas más idóneas al respecto. Por lo que, independientemente a la destrucción de los antiguos documentos que dan fe de su desarrollo agrícola, o del asesinato de sus antiguos ajmenes o sacerdotes, pero la información este presente aún en la oralidad de los pueblos lo que al final, permitió su preservación hasta estos días.
Si bien las cabañuelas fueron desarrolladas por los agricultores de la región mediterránea de Europa, y con la Conquista española, cuya metodología fue implantada en los territorios conquistados de América Latina, sin embargo, los habitantes de estos territorios conquistados, consideraron el uso de su metodología, pero de igual forma consideraron los conocimientos que manejaron sus ancestros para la práctica de la agricultura.
Hoy en día, si bien el desarrollo tecnológico en cuanto al pronóstico del estado del tiempo en alguna región agrícola, pero aún quienes trabajan las milpas mantienen el uso de conocimientos sincréticos, aunque es de interés aclarar que los hijos de los milperos, cada vez están menos interesados en los antiguos conocimientos en el manejo de la tierra.
Jesús Manuel Aguilar Beh, uno de los que integran el colectivo Xok k’iin de la regiòn maya cruzo’ob, escribió en su cuenta de Facebook “Se están marchando los conocedores del «Xook K’iin”, me decía mi padre en esta tarde de frío, mientras tanto platicamos un tema de los conocimientos ancestrales mayas sobre los factores que afectan los ciclos agrícolas, este conteo se da al iniciar el año, ojala y los jóvenes se interesen más sobre estos temas del campo, dado que la situación actual es difícil y no, nos queda más que regresar a nuestras raíces, la agricultura, el trabajo de la tierra que es el único que nos da el sustento, me continuaba diciendo. En aquellos años, tu abuelo nos enseñaba a contar los días en el mes de enero “Xok K´iin” (conteo de los días), formación que se va olvidando en el transcurrir de los años”
En realidad, la observación y del registro del Xok k’iin, la primera vuelta, inicia desde que amanece el día primero hasta el día doce de enero; en estos días se registra cuáles fueron las condiciones del estado del tiempo, y a cada uno de estos días se le asocia con un mes, el día primero de enero es el mes de enero, el día dos de enero es febrero, el día tres es marzo y así sucesivamente hasta llegar al día 12 que sería el mes de diciembre.
En cuanto a la segunda vuelta de la observación y registro, el conteo se hace a la inversa del día, del 13 al 24 de enero; en donde el día 13, será diciembre; 14, será noviembre; 15, será octubre y llegar al día 24; luego, inicia la tercera vuelta del registro, en donde cada día contempla, dos meses del calendario Gregoriano, mientras que la cuarta vuelta y última, se hace por horas del día 31 de este mes de enero, y de esta forma concluye el ciclo de la observación y registro.
Para el “Chirris” tal como conocen a Jesús, el 31 de enero, corresponderá cada hora a un mes del año, en este día que es la última vuelta me dice mi papá “tu abuelo acostumbraba a poner a cada hora jícaras”, dentro de la jícara se pone sal en forma de cruz, esto permite observar la humedad en los puntos cardinales norte, sur, este y oeste, si a la hora del nublazón, la sal se derrite anuncia lluvias, si este nublado y la sal no se derrite, anuncia sequía. Este tipo de exploración de las cabañuelas mayas define el siglo de cultivo, las condiciones climáticas y adecuado uso de semillas que habrá de emplearse este año.
-Otra de las enseñanzas que me dio mi padre fue el de observar el comportamiento de las plantas y animales, si el tabaco a medio día marchita su hoja significa que no va ver buen pasto para los animales lo que denota que habrá mucha sequía, todo estos conocimientos nosotros los mayas lo vamos aprendiendo de la observación, otra planta que da señal es el árbol del dzu dzuk o llamada ruda de monte alto, en la temporada que da mucha flor es señal que habrá una buena cosecha de los sembradíos de chile, si el cenzontle a cada rato pasa cantando es señal de que no habrá lluvias, si paso el día y no canto significa que habrá lluvias”
Por lo que desde hace varios años, Bernardo Caamal Itzá, promovió la organización del colectivo Xok k’iin, todo con el fin de darle seguimiento al sistema de pronósticos mayas y de esa forma acompañar a los milperos de la región a pesar de los efectos del cambio climático; por lo que si en años pasados estuvieron hablando de las cabañuelas, pero con el paso de los años, acuñaron el concepto de cabañuelas mayas, y años más tarde, al encontrar las antiguas huellas del conocimiento que permite darle manejo a las milpas, hoy en día, en lugar de cabañuelas mayas, insisten en llamarle “Xok k’iin” que significa “El sistema de pronósticos que permite trabajar la milpa o considerarla para la vida”.