“La última palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo
Cora Amalia Castilla Madrid ha sido de todo. En más de tres décadas de carrera política, sólo le falta ser gobernadora. Por fin anunció que sí quiere ser candidata a la gubernatura, moviendo las aguas del tricolor y del jefe priista fáctico, el gobernador Carlos Joaquín.
Combativa, pero ortodoxa hasta la médula, en la rueda de prensa del hotel Los Cocos, Cora Amalia no se enfrentó ni al ejecutivo ni a la dirigencia de su partido, porque busca, precisamente, ser la abanderada del PRI. Sin embargo, prefirió pedir disculpas, que permiso.
Quien sí lo hizo, fue Rodolfo Romero Euán, quien habló antes que ella para abrir la rueda de prensa, al irse contra el ejecutivo, a quien simplemente le dijo una verdad: que decepcionó a quienes votaron por él y que dejará al estado más endeudado que como lo recibió; en suma, que ha sido un mal gobierno.
A la dirigencia estatal priísta, Romero Euán también se le fue encima, al afirmar que tanto la presidenta como el secretario general están entregados al gobernador panista que sacó al PRI del gobierno, a quien consideran su jefe máximo, por encima del propio Alito. No alzan la voz ante el traslado de las instituciones de Chetumal a Cancún, ni contra otras malas acciones que dañan al pueblo, acusó.
Pero Cora Amalia no compró boleto y justificó la ausencia de la dirigencia priista en la rueda de prensa, argumentando que no pueden ser juez y parte en el proceso interno de selección. Al gobernador no lo tocó ni con el pétalo de una rosa.
SEPARACIÓN DEL PODER POLÍTICO DEL ECONÓMICO
La única parte fuerte de su exposición, fue cuando sostuvo: “cuidado con tener juntos al poder político y al poder económico, porque todo se puede comprar” y más adelante completó esta idea diciendo “No a los saqueadores del estado”.
Una línea que se quedó corta, ambigua y sin nombres. Ni parece campaña.
Cora Amalia no se atrevió a mencionar los nombres de Félix González Canto, ni de Roberto Borge, ni mucho menos el de Carlos Joaquín. En contraparte sostuvo: “Paula González está limpia, es injusto que las mujeres paguen”.
Así que eso de “saqueadores”, fue un mensaje muy encriptado, propio del viejo régimen, que pierde eficacia ante los nuevos escenarios políticos y ante una ciudadanía que exige definiciones más contundentes, no medias tintas, ni nadar de a muertito. ¿Cómo manejar la pesada sombra de corrupción del partido propio?
En fin, así arranca el proceso interno del PRI, en donde una mujer guerrera como Cora Amalia, trata de buscar un camino diferente de hacer política dentro de su partido, al que le sigue siendo fiel, pero está en duda que le alcance la fuerza para romper los moldes en los que ha sido pez en el agua.
RARA AVE, LEJOS DE LA CORRUPCIÓN
Lo que es indiscutible, es que Cora Amalia tiene un expediente limpio en materia de corrupción. No se le ha denunciado por enriquecimiento, ni por tener intereses en empresas ligadas al poder. Y esto es decir mucho, en el panorama de mujeres y hombres que aspiran a gobernar Quintana Roo.
Sobre todo, porque la corrupción y el pragmatismo reinan en las columnas de prácticamente todos los partidos políticos, lo cual es la mayor desgracia de la democracia mexicana en transición.
El PRI, sin embargo, se mueve. Y Cora Amalia se proclamó como la candidata del sur, aunque prefirió pedir disculpas, que pedir permiso. Estimado lector, usted tiene la última palabra. Chetumal, 240821.