Por Mario Castillo
Lo que jamás se vio en las últimas administraciones, hoy fue motivo de sorpresa para quienes estuvimos presentes en la puesta en marcha del Programa de Vivienda Rural e Indígena en la comunidad de Francisco Villa, y sin duda marca una dinámica de cercanía y proximidad con la gente por parte del gobernador Carlos Joaquín.
Pues durante su discurso tuvo el arrojo de dejar el presidio para interactuar con los pobladores de esa comunidad, a quienes incluso cedió micrófonos y dejo manifiesto el compromiso de cumplir cada una de las demandas que le fueron expresadas.
Lo de hoy es algo que quedará para la historia de Quintana Roo, y esa es la conducta que debe acompañar a un gobernante, pues la estatura política es medida diariamente por los gobernados; precisamente lo que fue desperdiciado por su antecesor Roberto Borge, quien diariamente vestía de una personalidad que por deporte humillaba a los quintanarroenses.
Ese es pues el espejo en el que se deben ver algunos de los integrantes de su gabinete y quienes caminan a su lado, para hacer un replanteamiento y no extraviarse en una silla que cambia personalidades, y que empuja hacia tareas de escaso provecho, sobre todo para un gobierno que tuvo por proeza sacar al priismo de Palacio y que se erigió bajo la promesa del cambio.
“Aquí delante de mis hijos, de mi esposa y de mi madre, empeño mi palabra de ser un gobernador que escuche, que esté cerca de la gente”, fueron palabras que recordamos Joaquín González enunció al recibir su Constancia como Gobernador Electo, palabras que hoy vemos está cumpliendo.
Esperemos que esa destreza demostrada hoy por el Gobernador continúe, y que su sensibilidad con la gente sea todos los días manifiesta para ejemplo de aquellos que tienden a perder el camino, y desde luego, para llevar a su administración al obligado triunfo en todas sus vertientes. Pues eso fue lo que prometió en campaña y la ciudadanía espera respuestas como la de este día.