Cancún.-Alberto Capella Ibarra ex secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo y actual asesor del gobernador Carlos Joaquín, habría solicitado que el complejo del Centro de Coordinación, Control, Comando, Cómputo y Comunicación (C5) llevará su nombre en letras plateadas como “homenaje” a su ardua labor por el “combate” a la delincuencia en nuestro estado.
De acuerdo con lo dado a conocer el pasado 24 de junio cuando Carlos Joaquín inauguró el C5 en Cancún, cuyo costo “oficial” fue de “376 millones 658 mil 430 pesos entre la construcción del inmueble y el equipamiento que cuenta con la más alta tecnología, cuyos resultados permitirán avanzar en la recuperación de la confianza y credibilidad ciudadana en las instituciones de seguridad”, según el comunicado oficial del Gobierno de Quintana Roo.
Ese día, Alberto Capella hizo su última aparición como “secretario”, pese a que Carlos Joaquín habría informado de su separación del cargo desde el mes de noviembre cuando se dio el ataque a balazos en contra de manifestantes en el palacio municipal de Cancún. Sin embargo, ese día el ‘rambo tijuanense’ apareció con el uniforme de la policía Quintana Roo para despedirse, ahora sí, del cargo.
Pero su presencia ahí no sólo fue casualidad, sino que debido a sus pretensiones de bautizar al C5 con su nombre, Alberto Capella Ibarra pretendió imponer y estampar su nombre haciendo valer su cercanía con el ex gobernador Graco Ramírez a quien ha sido cercano desde siempre y que fue precisamente por él que se impuso en la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo.
No obstante, ante la negativa de que el C5 tuviera su nombre, el ‘chief police’ optó por bautizar la sala de crisis del C5 con el nombre de su secretario particular Lauro Quiroz Amador, quien falleció en agosto del año pasado a consecuencia de las complicaciones por el Coronavirus y a quien Alberto Capella le dedicó un homenaje que ningún otro elemento de la policía estatal o municipal ha tenido al morir en su deber.
Así, Alberto Capella demostró una vez más que sigue al frente de la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo y que sigue muy de cerca a Carlos Joaquín en su ya fracasada estrategia de seguridad que ha permitido el incremento de las células de los grupos delictivos.