Balanza
Por Mario Castillo Rodríguez
Sin lugar a dudas estas campañas electorales han tenido un tono muy diferente a las anteriores, sobre todo para un PRI que en esta contienda tiene la consigna de recuperar (cueste lo que cueste), los espacios perdidos en la pasadas batallas locales.
La estrategia del Revolucionario Institucional fue hacer una mezcla del viejo y antiguo sistema proselitista para crear la máquina perfecta en busca de la victoria, es decir, pretender ser un partido renovado, con nuevas figuras, pero poniendo en práctica los viejos vicios y artimañas que tantas ocasiones le han valido triunfos.
Incluso, en esta estrategia del nuevo PRI, han revivido figuras a las que muchos ya tenían al olvido como el ex alcaldesa benitojuarense, Magaly Achach Solís, que en los últimos meses de buenas a primeras salto de nuevo a la escena pública para reforzar las huestes priistas. Así es, se abrió el viejo armario y salieron los empolvados personajes que años atrás fueron iconos de una maquinaria que hoy recurre a ellos para renovar fuerzas.
Y si lo anterior fue motivo de asombro para propios y extraños, la llegada de un desgastado Agapito Magaña a la candidatura priista por el municipio de Isla Mujeres fue la gota que derramó el vaso, pues es del dominio público que éste ya no goza del mismo arrastre que quizá algún día tuvo en sus años de esplendor, en esos años que tanto anhelo ser el abanderado de su partido para contender por su municipio natal.
Y fue motivo de asombro porque para enfrentar a una candidata de oposición como la panista Alicia Ricalde Magaña, habría que entrarle al juego con un personaje de empuje, fuerte, vigente, y por demás posicionado en la escena pública, y no con un avejentado y olvidado Agapito que tras “intensos días de campaña”, con su discurso desgastado y un proyecto rebosado de propuestas que no convencen, no logró levantar el entusiasmo del electorado isleño, al menos no como para garantizar el triunfo del PRI en las urnas.
Un personaje como Fidel Villanueva hubiera sido el adecuado para garantizar sino el triunfo del PRI, al menos si una postura decorosa en su lucha contra la Diputada Federal con licencia, pues recordemos que Alicia Ricalde desde años atrás ha mantenido vigencia en el escenario público, y sus nexos con el ex presidente Felipe Calderón la posicionan como una gran barrera a vencer por el tricolor.
En este caso, craso fue el error del partido oficial en la postulación de candidatos y hoy las encuestas no me dejan mentir pues Alicia Ricalde aventaja en la contienda a Agapito Magaña por cerca de 30 puntos que, el 7 de julio, darán cuentas de un sueño guajiro inalcanzable y de un tricolor que le jugo a perder en un municipio en el que el PAN ha sembrado sus reales y tal parece que llegó para quedarse, aún y cuando el desempeño del alcalde en turno Hugo Sánchez Montalvo, no le haya abonado mucho a la causa ante el fracaso de su administración.
Dicho sea lo anterior, la derrota de Agapito Magaña en los comicios del próximo 7 de julio, no será más que la “crónica de una muerte anunciada”, de un proyecto que estaba muerto antes de nacer y la conclusión de un anhelo que llegó con muchos años de retraso.
“Lo que no fue, no será”, porque de aquí no habrá otra oportunidad mi querido Agapito. ¡Tú, eres el rival más débil…..adiós!