Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Los 153 tianguistas asentados en el parque del Fraccionamiento Caribe ubicado en las inmediaciones de las calles Dominica entre Aruba y Granada, han invadido los espacios públicos destinados a espacios deportivos, y todo parece indicar, al amparo de la autoridad municipal.
Este tianguis que hasta hace 4 años inició como un mercado ambulante, hoy se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los vecinos que viven en los alrededores ya que, por ejemplo, para quienes tiene sus negocios establecidos, representan una competencia desleal ya que al no pagar impuestos de ningún tipo, ofrecen sus productos más baratos sin que ninguna autoridad les meta en cintura.
Y es que en los más de 100 establecimientos de madera que conforman este centro de comercio irregular, los tianguistas ofrecen desde frutas, verduras, bisutería, novedades, abarrotes, discos de música y películas piratas, fotografía, ropa, zapatos, entre otros, sin pagar otra cuota más allá de los 40 pesos mensuales que aportan al municipio capitalino por concepto de “Colecta de Basura y Uso de Piso”.
La compra y venta de locales, es otro factor que ha prevalecido en los últimos meses, cotizándose éstos en precios que van de desde los 2 mil hasta los 4 mil pesos por local, según el arreglo con los “supuestos dueños”.
Cabe señalar que el espacio que hoy ocupan estos comerciantes informales, estaban destinados en un principio –cuando se fundó el Fraccionamiento Caribe-, para canchas de fútbol, mismas que a la fecha han desaparecido tras la llegada de los tianguistas.
Los vecinos entrevistados, aseguran que sus hijos temen incluso ir a jugar a las canchas, ya que si por error alguna pelota cae en alguno de los locales no se las devuelven, o los corretean con insultos por los propietarios.
“Primero lo vimos como un beneficio por lo barato de los productos, pero hoy nos afecta porque nuestros hijos no pueden ir a jugar al parque por miedo a que los regañen los tianguistas, y lo peor es que nada podemos hacer porque según le pagan a municipio para que los proteja”, dijo la señora Lorena, quejándose de este mercado irregular.
“Otra de las constantes –comento Don Jorge-, es que estos negocios no cuentan con baños, y la gente hace sus necesidades en periódicos o en bolsas que arrojan a la basura y al día siguiente los perros hacen festín regando la pestilencia y suciedad por las calles”, lamentó.
Cabe señalar que al ser ya establecimientos fijos de madera –que trabajan de 9 de la mañana a 9 de la noche-, y no ambulantes como en el caso de otros tianguis como el de la colonia Forjadores, muchos de los propietarios los han agarrado como casa habitación.
“Muchos de ellos hasta duermen aquí con el pretexto de que los ladrones pueden robarles sus productos, y a veces por las noches hacen sus fiestecitas y ruidos. Es incómodo también que por las mañanas o a plena luz del día los que pasan o visitan el parque ven los colgadores de ropa que los tianguistas lavan y tienden por donde sea; a la vista de todos”, expresó otra de las quejosas vecinas entrevistadas.
Por tal motivo, los habitantes de los alrededores que se ven afectados con esta situación, hacen un llamado a la Primera Autoridad Municipal, “a tomar cartas en el asunto de manera responsable, a meter orden”.
“Es decir, o los regulan y los establecen con los servicios necesarios si eso es lo que se pretenden; o cumplen con el plan inicial que era un mercado sobre ruedas exclusivamente para los fines de semana”, sentenciaron los vecinos quejosos.
En el colectivo de imágenes puede apreciarse cómo los tianguistas han sembrado sus reales al amparo de la autoridad sin importar la opinión, o la situación incómoda por la que hoy atraviesan los colonos de los alrededores.