Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Los gastos que por su naturaleza representan las épocas decembrinas ya empiezan a causar estragos en los bolsillos de las familias capitalinas que, en plena víspera del año nuevo, tienen que recurrir a las casas de empeño asentadas en Chetumal, siendo la institución prendaria denominada el Nacional Monte de Piedad, la más concurrida por los necesitados.
Y es que desde tempranas horas, largas filas forman los pignorantes en las afueras de dicha casa prendaria para poder paliar no sólo los gastos del cercano fin de año, sino incluso para reponerse de los costos que representaron para los desgastados bolsillos de las familias chetumaleñas la llegada de la Navidad y el carismático Santa Claus.
Si bien es cierto que esta casa de empeño de alto prestigio a nivel nacional es la que más garantía otorga a los necesitados, la realidad es que la mayoría difícilmente logra recuperar las prendas “colgadas” en ella dado la caótica situación económica que priva en la actualidad, y que no es particular de Chetumal y Quintana Roo, sino del País entero.
No obstante, el mayor peligro para las familias que se ven en la necesidad de recurrir a préstamos prendarios, lo representan las decenas de casas de empeño patito que se han proliferado de manera alarmante en la cabecera municipal del municipio de Othón P. Blanco, ya que éstas detrás de las “facilidades” para acceder a créditos sin la necesidad de estudio socio-económico y/o verificar ante el Buró de Crédito, llevan impreso altas tasas de intereses que van desde el 35 por ciento, superando algunas el 100 por ciento.
La realidad es por demás alarmante, pero no así la frecuencia con la que la sociedad capitalina recurre a éstas para “salir del paso”, sobre todo cuando las quejas hacia este tipo de “giros carroñeros” se pueden contar por cientos, ni que decir de las demandas que a la fecha siguen sin atender dado el grueso de los despachos jurídicos a los que recurren este tipo de “empresas financieras” para hacer de las suyas con los más necesitados.