En caso de confirmarse lo expuesto por los presuntos asesinos del ex regidor, Marco Antonio May Molina, quienes ante un juez penal aseguraron que fueron golpeados y torturados por la Policía Judicial del Estado para declararse culpables del homicidio, entonces Harley Sosa Guillén tendrían su primer tropiezo como presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Quintana Roo (CEDHQROO).
De confirmarse el abuso que cometieron agentes de la fuerza investigadora de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) contra los tres detenidos, entonces las buenas intenciones hechas por el bisoño abogado por recomponer el camino de la CEDHQROO quedarían solo en eso, en buenas intenciones.
Harley Sosa deberá entender que de nada sirve firmar decena, docenas o cientos de convenios con instituciones educativas o profesionales si no cumple con el principal objetivo de la CDHEQROO el cual es el de salvaguardar la integridad física de los detenidos, reclusos del Cereso y cárceles municipales, respectivamente.
Hoy por la tarde trascendió que el abogado defensor de los tres jóvenes detenidos como presuntos asesinos del homicidio del ex regidor, Marco Antonio May Molina, presentó ante el juez primero de lo penal pruebas para comprobar que sus defendidos fueron torturados y privados de su libertad para declararse culpables del crimen.
También subrayó –como oportunamente lo publicó elpuntosobrelai- que los tres presuntos asesinos fueron detenidos desde hace quince días en Chetumal y no como pretende hacer creer la autoridad, que fueron aprehendidos la semana pasada en Cancún.
Tales acciones debieron ser atendidas de manera inmediata por personal de la CDHEQROO, pero tal parece, que los trabajadores de la Comisión no tienen la autorización de levantar un acta sin el consentimiento de Harley Sosa Guillén.
Aún está a tiempo Harley Sosa para recomponer el camino, bueno, sí es que así lo desea, porque si continúa actuando como un “Ombudsman Light” o un “Ombudsman aburguesado”, entonces se le vaticina una meteórica y fugaz paso por la Comisión, mucho menor al que tuvo su antecesor, Enrique Mora Castillo.