Por Mario Castillo Rodríguez
Extraído del baúl de los añejados cuadros políticos del Partido Revolucionario Institucional, y en la etapa senil de su guajira carrera, el hoy presidente municipal de isla Mujeres Agapito Magaña Sánchez, ha recurrido a un empréstito por un monto superior a 11 millones de pesos –mismos que fueron autorizados en el pleno del Congreso del Estado por los diputados de la XIV Legislatura (con votos de oposición en contra)-, en virtud de que la silla le ha quedado demasiado grande para cumplir los compromisos adquiridos con sus gobernados, evidenciado así su falta de capacidad de tocar puertas para gestionar recursos ante las respectivas dependencias estatales y federales para salir del bache.
Recordemos que Magaña Sánchez, en su época de oro, siempre soñó con ser alcalde de su municipio, algo que vio perdido al ser desplazado por enésima vez en la interna, cuando compitió contra la maestra Manuela Godoy González, y que años más tarde pudo aterrizar gracias al lastimero proceder de su partido, que le dio la oportunidad de hacer historia tras dos gobiernos municipales de oposición en manos del Partido Acción Nacional.
Y dicho sea de paso, también vale la pena mencionar que el actual alcalde no llegó a Palacio Municipal por mérito propio ya que jamás ha sido de la simpatía de los isleños, incluso ha mantenido una relación de distanciamiento con sus propios familiares por ese carácter soberbio y déspota que siempre le ha caracterizado como político, razón por la cual tuvo que salir al quite su partido -el tricolor- en la pasada contienda con toda su artillería pesada (compra de votos, acarreo, mapachismo, etc., etc) para dar el triunfo a un candidato que incluso en las últimas semanas de campaña se veía rebasado –y por mucho-, por su principal contendiente la panista Alicia Ricalde Magaña, quien le llevaba más de 30 puntos de ventaja de acuerdo a las encuestas.
Es evidente que Agapito por si sólo jamás hubiera conseguido la presidencia municipal, tan evidente como su incapacidad que desde un principio fue motivo de duda del primer priista de Quintana Roo, y esto por poco le cuesta su cabeza unos días antes de la elección ya que su campaña no levantaba “ni con royal”. Sobra hablar de más respecto a la estrategia mediática encabezada por el revolucionario Institucional para llevarlo a la silla.
Con este empréstito pagadero a 5 años, Magaña Sánchez no sólo pone en tela de juicio la credibilidad en su palabra, pues en campaña se pronunció por no recurrir a este tipo de acciones para llevar por buen camino a su municipio natal, sino que hace uso de un recurso que durante tres administraciones –Manuela Godoy González, Alicia Ricalde Magaña y Hugo Sánchez Montalvo- no se puso en práctica, al menos no por lapso mayor a sus respectivos lapsos de gobierno.
Y así, con el argumento de un adelanto de recursos para cumplir con las necesidades inmediatas en acciones y obras de beneficio social para los habitantes de Isla Mujeres, Agapito Magaña heredará deuda pública a su sucesor y a la sociedad en su conjunto, con sus respectivos intereses.
Dicen que la experiencia es la mejor aliada para hacer bien las cosas, pero en el caso del avejentado político que hoy despacha en la segunda ínsula más visitada del país, esto quedó fuera de contexto. A menos de un año de administración, Agapito Magaña está no solamente dándole la razón a razón a su jefe político ante las dudas de su incompetencia, sino está echando por la borda su oportunidad de hacer historia en lo que puede considerarse la despedida de su añejada, desgastada y lastimera carrera política.