*La ausencia de las dirigencias estatal y municipal del PAN a la visita de Ernesto Cordero, habla del respaldo a un proyecto fracasado como el de Gustavo Madero
Por Mario Castillo Rodríguez
La llegada de Ernesto Cordero Arroyo a Quintana Roo marca el inicio de una nueva era para el panismo que va en busca de nuevos horizontes, con visión renovada y dispuesto a recuperar los espacios perdidos en los pasados procesos donde –primero-, perdió la Presidencia de la República y –después-, las elecciones intermedias locales donde el partido un uso del poder se llevó el carro completo en los 10 municipios de la Entidad, incluido Isla Mujeres donde el Acción Nacional ya tenía asentados sus reales y veía con grandes posibilidades mantener la silla mayor del ayuntamiento en la figura de Alicia Ricalde Magaña.
Este fracasó fue –y por mucho-, culpa del actual dirigente nacional del PAN Gustavo Madero al aplazar la firma de alianzas con el PRD y PT, y eso derivó en una fallida alianza de facto, y por ende, en la debacle del albiazul quintanarroense que hoy se conforma con los pocos espacios negociados a última hora.
Lamentable ha sido también el proceder de la dirigencia estatal de este instituto político depositada en la figura de Eduardo Martínez Arcila, quien junto con camarillas de oscuro proceder ha apostado al sepelio de su partido en la Entidad al seguir los pasos de quien en teoría dice ser dirigente nacional de esta corriente política, pero en la práctica sucumbe los cimientos de un partido de por si debilitado en Quintana Roo.
La ausencia de los miembros de la dirigencia estatal en la visita de trabajo proselitista con miras a renovar la dirigencia nacional del PAN realizada por Ernesto Cordero la mañana de este martes en Chetumal, dejo en claro no sólo la postura de Martínez Arcilla en favor de la reelección de Gustavo Madero Muñoz, sino la falta de tacto político del pseudo dirigente quintanarroense para escuchar propuestas y ver más allá de un proyecto político fracasado como el que hoy respalda.
Otro aspecto que fue motivo de admiración en esta reunión de trabajo con la militancia capitalina, fue la presencia de la diputada panista Trinidad García Argüelles, la misma que Eduardo Martínez Arcilla presumía como su aliada en el proyecto de reelección del actual líder nacional, y que hoy da el espaldarazo al candidato Cordero.
Esto nos deja dos lecturas que hablan a favor de la diputada local en el sentido –primero-, de estar García Argüelles a favor del proyecto de renovación que ofrece Ernesto Cordero, -y segundo-, que es una política de gran visión y no está peleada con ningún personaje que al día de mañana pueda respaldarlo en sus planes futuros. Simple y sencillamente.
También dejó un buen sabor de boca para los panistas que van en pos de una renovación radical al interior de su partido, que a pesar del bloqueo de la dirigencia estatal y municipal para evitar que acudan militantes y simpatizantes del PAN, se vio una presencia importante de personas que apoyan al candidato Ernesto Cordero por la dirigencia nacional.
Lo anterior hizo eco en la capacidad de convocatoria del panista y consejero nacional del blanquiazul Mario Rivero Leal, quien coordina en la zona sur de Quintana Roo la campaña de Ernesto Cordero, y al igual que Trinidad García Argüelles, le apuesta a la renovación de PAN quintanarroense.
Cabe destacar que al proyecto de Cordero Arroyo se han sumado dos mujeres también de importante arrastre político como la ex alcaldesa de Isla Mujeres Alicia Ricalde Magaña; y la ex delegada de la Sedesol en Quintana Roo, Mercedes Hernández Rojas, lo cual anticipa (al menos en el estado), la derrota de Madero Muñoz en su camino a la reelección.
Los panistas del estado, los que verdaderamente le apuestan al cambio, conocen a bien que al día de hoy como pintan las cosas en Quintana Roo solo tienen dos caminos, renovarse o morir; y es por ello que ponen sus esperanzas en el proyecto del también senador de la República, Ernesto Cordero.