Por Mario Castillo
Chetumal.-Los compromisos que trae a cuestas el actual presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo, Marco Antonio Toh Euán, lo someten a cumplir los caprichos de quien a todas luces se observa lo ayudó a llegar a la silla.
Lejos de cumplir con la misión y visión del organismo a su cargo, al Ombudsman quintanarroense se le aprecia haciendo derroche de servilismo; arrodillado.
Y aquí es donde la diputada Eugenia Solís Salazar, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la XV Legislatura del Congreso local, juega un papel preponderante manejando a su antojo los destinos de la CDHEQROO, convirtiéndola en su empresa personal, en la que ha colocado laboralmente amigos, familiares y hasta su médico de cabecera.
Hace tres semanas, Alan Jael Pat Escobedo, sobrino de Eugenia Solís, fue nombrado Segundo Visitador General de la Comisión, con sede en la ciudad de Cancún, de lo cual –por razones obvias- omitieron emitir el respectivo comunicado para darlo a conocer.
Tres asistentes de la Legisladora quintanarroense también han ‘encontrado espacio’ en la CDHEQROO, gracias a la tibieza de Marco Antonio Toh, quien el pasado 25 de enero fue elegido desde el seno del Poder Legislativo, y que por cierto era el que menos figuraba en la lista de las preferencias.
Y por si fuera poco, para que la cuña apriete, hasta al doctor familiar Jorge García Góngora, le tocó el puesto de Director de Atención a Víctimas de la Comisión (igual en la ciudad de Cancún), con lo que quedan en evidencia los arreglos en lo oscurito que el Ombusman de Quintana Roo ha privilegiado para pagar la factura de llegar a la Presidencia de la CDHEQROO.
Claro está, estos datos no pueden ser corroborados en el Portal Oficial (http://www.derechoshumanosqroo.org.mx), dado que el apartado de Transparencia se encuentra “En proceso de incorporación de la información que como Sujeto Obligado debe poner a disposición”.
Queda claro que durante los cuatro años que Marco Antonio esté al frente de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo, irá pagando ‘el milagrito’ que la legisladora Eugenia Solis (y camarilla) atinadamente le hicieron.
Mientras tanto, la sociedad quintanarroense seguirá esperando cumpla con el rimbombante discurso de “Dar continuidad al fortalecimiento de la cultura de la denuncia y respeto a las garantías individuales”.