Por Herlindo Vázquez
Chetumal.-La incursión de niños en la delincuencia de alta peligrosidad ya se registra en zonas aun consideradas tranquilas en Quintana Roo.
La ejecución de un menor de 10 años a fínales del 2017 en Cancún preocupó a las autoridades.
Porque los menores son utilizados como “burritos”, generalmente conocidos como distribuidores de droga, pues pasan desapercibidos; “halcones”, para dar avisos, y conforme pase el tiempo suben de rango en “las organizaciones”.
El sueño más recurrente es convertirse en sicario o “jefe de zona”. En esto “las narcoseries” han influido.
Lo grave es que este fenómeno ya se registra en zonas consideradas hasta ahora tranquilas y seguras.
La directora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), María Elba Carranza Aguirre, reconoció un caso de preocupación en Chetumal.
“Está tremendo, aquí en Chetumal tenemos solamente 17 y si había un niño que estaba involucrado en cosas, que no es delincuencia más o menos, pero si iba encaminado para allí”.
Pero la mayor incidencia se registra en Cancún, donde se dan las condiciones para ello.
“Sé que Cancún tiene muchos de estos, no tengo el número exacto pero si Cancún les rebasa en todo, porque también hay niños que sus mamás están en prostitución y en drogas”.
Quintana Roo se ubica entre las cuatro entidades con mayor presencia de adolescentes en la delincuencia organizada.