Carlos A. Madrazo a 5 de junio de 2015. Linchamiento del Guatemalteco Juan José Pérez Ramos, obedece a la conjugación de dos factores, sede de venganza por violaciones y rivalidad entre carteles, factores a que apuntan las investigaciones de las autoridades relacionadas con la investigación.
Como es sabido, este sujeto llegó hace unos días a la comunidad de Carlos A. Madrazo, y a decir de su propia confesión, trabajaba a las órdenes de los personajes del bajo mundo de la comunidad conocidos como el Bolas y el Colas, personajes supuestamente relacionados con el mundo de la droga.
Por lo que según presunciones de los agentes investigadores, este cartel con poca presencia en el estado, del cual se ha tenido nociones por los enfrentamientos por ocupar la plaza de Cancún, que al tratar de posicionarse en una localidad de Quintana Roo, trajeron a estos personajes nefastos, pertenecientes a la Mara Salvatrucha, quienes se dedicaron a la rapiña, abigeato y violación de madres de familia, con la intención de sembrar el terror entre los habitantes de la zona.
Los habitantes cansados de tantos daños a sus bienes patrimoniales y vejaciones de estos funestos personajes, aparentemente bajo el manto protector de las autoridades policiacas, decidieron poner remedio a esta crítica situación, atacando de manera frontal a estos facinerosos, que ponían en riesgo la vida de familias enteras.
Hoy causó sensación el espectáculo montado por las autoridades policiacas, ya que cerca de 100 elementos policiacos, 50 judiciales y 200 marinos y soldados ocuparon la plaza principal de la comunidad y virtualmente rodearon la comunidad y cañaverales adyacentes, ante la expectativa de la entrega del personaje conocido como el bolas, entrega que nunca se concretó y terminó en un fiasco que fue calificado como falsa alarma.
La situación que vive la comunidad de Carlos A. Madrazo es bastante tensa, ya que los padres de familia se han mantenido en vela por varios días, ante la zozobra por la sed de venganza que pudieran tener los miembros del crimen organizado y poco ayuda la actividad temeraria de los cuerpos policiacos, que más parece de encubrimiento que de respeto al estado de Derecho.