A un mes del destape de Mauricio Góngora Escalante como candidato del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo puede mirar al horizonte y sentirse satisfecho porque cumplió con algo que se antojaba difícil hasta esa fecha: Elegir al sucesor y a los candidatos a las presidencias municipales y diputaciones conservando la unidad partidista.
Hoy en día ya es historia el maremoto político que observamos durante el 2015 y los primeros meses del 2016. Ahora los partidos políticos y en especial el PRI ya definieron a sus candidatos, situación que se antojaba compleja hasta los últimos días de febrero pasado.
Aun cuando los detractores del PRI y del gobernador Beto Borge dieron por descontado la fractura al interior del priismo, esto no ocurrió. Beto Borge utilizó la misma estrategia implementada en su administración para frenar la avalancha política: trabajando y respetando los espacios de los diversos grupos políticos priistas.
Desde medianos del 2015, Beto Borge mostró y sostuvo en la palestra a media docena de políticos quintanarroenses con la capacidad para obtener la candidatura, y a principios del presente año dejó entrever que el candidato saldría entre el diputado federal, José Luis Toledo Medina y el ex presidente municipal, Mauricio Góngora Escalante.
A pesar de la presión ejercida por los grupos políticos y económicos que buscaban apoyar a su candidato, Beto Borge se mantuvo ecuánime y logró sobrellevar la vorágine política hasta los tiempos que marcaba la Ley.
En medio de la torva política el mandatario estatal no perdió los estribos y de manera conjunta con el CEN del PRI mantuvo en control el proceso selectivo, a pesar que durante este tiempo se presentó la renuncia de Carlos Joaquín, algo que se venía venir desde el mismo momento en que citado personaje se desatendió de los constantes llamados de la dirigencia nacional.
Salvo ese “prietito en el arroz”, Betoborge mantiene bajo control su sucesión. Borró los grandes nubarrones que se veían en el horizonte por la designación de los candidatos a las presidencias municipales y diputaciones, en buena medida por la inclusión de los grupos políticos más representativos que tiene el PRI en Quintana Roo.
Hoy Betoborge puede sentirse satisfecho porque la fiesta proselitista ha empezado, Mauricio Góngora ya anda en la calle saludando a la gente, tocando puertas y llevando las propuestas a los quintanarroenses y en breve se le sumarán los candidatos a las presidencias municipales y diputaciones.
Beto Borge puede gritar a los cuatros vientos, puede llegar con el primer priista de México, Enrique Peña Nieto: con el líder del PRI nacional, Manlio Fabio Beltrones y decir: ¡misión cumplida¡. Acción que no todo gobernador puede presumir.