*Descarga sus enojos con la justicia hacia los medios de comunicación
Por Mario Castillo Rodríguez
Después de que fue exhibido públicamente por diversos medios de comunicación, luego de que los detenidos por el asesinato del regidor Marco Antonio May Molina le señalaran en su declaración ante el Ministerio Público como uno de los actores intelectuales del crimen, el diputado Hernán Villatoro Barrios descargó sus emociones encontradas en los que practicamos el quehacer informativo intentando defenderse como desesperada gata boca arriba.
No obstante señor diputado, déjeme recordarle que como figura pública está expuesto a eso y más, que los que representamos un medio de comunicación y día con día vamos de tras de la noticia no tenemos la culpa de que su nombre salga a la luz pública en tan deplorables escenarios, ni que este usted vinculado con personajes de esa calaña. Nuestro trabajo es hacer llegar la noticia al ciudadano y nada más.
Y no creo correcto que una persona que se dice educada como Usted nos llame analfabetas o muertos de hambre (combatir el hambre gracias a la opinión pública). Pero si quiero dejar en claro que nosotros si nos ganamos el sustento de nuestras familias con el fruto de nuestro trabajo, y no con el dinero del pueblo sin hacer nada más que levantar esa senil mano que, difícilmente –después de esta segunda oportunidad que le brinda la política-, encuentre cabida en otro espacio.
No es correcto ni ético ese modo de expresarse de nosotros lo periodistas, y no lo es porque carece usted mi estimado Villatoro de la calidad moral como para venir a señalarnos, porque le recuerdo a diferencia de nosotros que si devengamos nuestro pequeño pero honrado salario; que su trabajo como legislador no ha sido el más sobresaliente pues a la fecha no ha presentado iniciativa alguna que diga lo contrario. Su función en esta XIV Legislatura ha sido el de una oposición a modo, esa que con la izquierda tira la piedra y con la derecha recibe el producto de lo negociado bajo la mesa. Y eso, para vergüenza de su partido, es del dominio público.
Me es deprimente observar como un hombre de avanzada edad desperdicie espacios de importancia en limpiar su desgastada figura. Le recuerdo que incluso carece usted de una identidad propia, porque no se puede venerar a dos banderas, porque yo como mexicano le rindo tributo sólo a la de tres colores, a la que tiene un águila y un nopal que me distingue como orgulloso hijo de la raza mestiza.
En cambio usted le hace honores hasta la de Cuba, se siente revolucionario pero desvía sus ideales porque no lucha en favor de las masas, su trabajo no es por el bien en común, y sus conquistas las dedica a su egolatría personal. Su proyecto es con fines de lucro particular, quizá de un selecto grupo de paleros que aplauden sus seniles arrojos, esos a los que usted si les mata el hambre con los dineros del pueblo, con la jugosa tajada que le toca como legislador. “Privilegia sus intereses particulares, en detrimento del interés general”.
Y si existe duda alguna, basta con darse una vuelta por el Palacio Legislativo los escasos días que le toca “trabajar” al diputado Hernán Villatoro para observar que su cubículo es el menos visitado, pues no gestiona ni procura beneficio alguno para las y los quintanarroenses. Valga la redundancia, su trabajo es levantar mano cuando así convenga a sus intereses y al de su Partido, nada más.
Ahora bien, si como legislador ha sido una falacia que transita con el desgastado discurso utilizado en la pasada XII Legislatura, como dirigente del Partido del Trabajo en Quintana Roo deja mucho que desear a la militancia, y los resultados obtenidos en las urnas hablan por sí solos después del descalabro que sufrieron él y sus candidatos en la pasada contienda donde salió ganón con una plurinominal.
Y es que realmente era de esperarse, sobre todo con un candidato a diputado de la estirpe de Gregorio Sánchez Martínez, quien goza de una larga carrera delictiva y que hoy de nuevo es tema de noticia ante sus deudas con la justicia argentina. Se nota que a Villatoro Barrios le gusta relacionarse con delincuentes.
O acaso con los resultados obtenidos en Lázaro Cárdenas y Bacalar pueden hablar de un líder petista comprometido con la militancia y con su partido, cuando en ambos casos fueron arrasados por el partido en uso del poder oficial teniéndose que conformar con insultantes regidurías.
Lo cierto es que en todo este juego el astuto Hernán ya tenía preparado su “Plan B”, ese que hoy lo mantiene en el escenario político mamando de la ubre del erario en su aterciopelado cubículo, las posturas que tocaron a los demás fue lo de menos, el objetivo era llegar de nuevo al Congreso del Estado para tener acceso no solo a los dineros de las negociaciones producto de sus falsas posturas izquierdistas, sino para pararse en tribuna y hacer honor a sus figuras y literatos comunistas, y peor aún, para descargar sus enojos con nosotros, los que si trabajamos, los que mantenemos informada a la sociedad.
Empero, a nombre de mis compañeros agradezco sus palabras, porque son las mismas que nos motivan a no claudicar en la tarea, porque a diferencia de usted “flamante diputado”, nosotros si tenemos un compromiso con la sociedad de Quintana Roo y nuestro trabajo lo hacemos día con día con la frente en alto, sin temor a ser detenidos por oscuros nexos con delincuentes, porque el discurso de personas como usted, son tan solo palabras de dolor, son producto de la desesperación; cual felina del tejado después de la arrastrada.
Por el hecho de que no favorecemos a sus intereses y no salimos a la defensa de su persona, no significa que estamos en su contra, pero tampoco estamos limitados a informar como usted lo señala en su desgarbado discurso. Ahora resulta que ya hizo propia la frase del ex gobernador Mario Villanueva Madrid: “Si no estás conmigo, estás contra mí”. Lamentable lo es como el tratar de defender lo indefendible, empero es la justicia quien se encargará de eso.
Y aprovechando el espacio dedico esta frase a nombre de mis compañeros de la pluma: “Deja que los perros ladren, es señal de que vamos avanzando”; palabras que en boca del ilustre personaje `Don Quijote de la Mancha´, inmortalizaron al célebre Miguel de Cervantes Zaavedra. Y como anunciara en tribuna el mismo Hernán Villatoro Barrios: “Pero que necesidad”.