Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Las deplorables condiciones laborales, orillaron a empleados y ex empleados de las estaciones de servicio “Corpo Gas”, a denunciar ante este medio de comunicación los abusos de los que son objeto al ser violentados sus derechos laborales.
De acuerdo a los quejosos, con cinco gasolineras asentadas en la capital del Estado, este corporativo expendedor de combustibles, ha dado cuentas de un sin número de empleados despedidos por no prestarse a la explotación laboral.
Sin embargo, lamentaron que muchos de sus compañeros aún siguen trabajando en ellas pues “la necesidad es grande y es la única oportunidad que tienen para llevar el gasto a la casa, para que los hijos y la pareja coman”.
A decir de la señora “María”, quien prefirió usar este apelativo para guardar el anonimato de su nombre por miedo a represalias, comento con un servidor que aparte de los turnos de 12 horas, son obligados a doblar cuando no llega alguno de sus compañeros, trabajando 24 horas continuas sin la compensación que por ley corresponde, ya que “solo pagan 80 pesos por turno extra sin importar si comamos o no”, dijo.
“Son 600 pesos los que pagan semanalmente, y los gerentes en turno nos obligan a pagar una cuota de 30 peso diarios para la compra del material de limpieza que es usado para el aseo de los baños, y también para la cortesía que hacemos al cliente para limpiar los parabrisas y pintar las llantas, por ejemplo; a pesar de que estos los compra la empresa directamente”, señaló.
Indicó que al momento de la contratación les pintan todo color de rosa, pero una vez que ingresan empieza el calvario ya que las comisiones ofrecidas por buenas ventas jamás llegan, ni mucho menos les respetan la hora destinada para la comida, y tiene que ver la manera de hacerse de un taco o una torta a escondidas para saciar el hambre.
“También nos obligan a lavar los baños todos los días y algunos de los gerentes que llegan nos piden aparte 20 pesos diarios de mochada para que podamos conservar la chamba”, comentó “José”, uno de los ex empleados que prefirió renunciar que seguir aguantando estas inhumanas condiciones.
“Yo me quite porque no estaba dispuesto a seguir aguantando, pues uno de los gerentes me dijo -aun y cuando está prohibido-, que podía yo cambiar los vales por efectivo a los clientes a cambio de darle la mitad de la ganancia. Cuando te traigan vales a cambiar les quitas el 10 por ciento y vamos a la mitad; y como le dije que no me empezó a cargar la chamba para obligarme a renunciar, por eso me fui también”, aclaró el joven ex trabajador quien dijo ser padre de dos niños menores de 10 años.
No obstante, insistimos en preguntarles porque no acuden a las instancias encargadas para denunciar este tipo de irregularidades, y coincidieron en comentar que han visto casos de otros de sus compañeros que han recurrido a las autoridades “pero siempre dan largas y largas y al final de cuentas no solucionan nada, y pues como la empresa tiene dinero para pagar abogados y nosotros no, al final de cuentas salimos perdiendo”, lamentaron.
Lo anterior, deja ver como un grupo de chacales empresariales vienen a llenarse los bolsillos con el trabajo de otros, dándoles condiciones laborales inhumanas, escudados en instancias como la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que es la encargada de proteger los derechos de los trabajadores establecidos en el marco normativo de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
¿Hasta cuándo?, es la pregunta que se hacen empleados y ex empleados, pues con esta clase de empresas los trabajadores capitalinos carecen de garantías laborales sin que nadie salga a su defensa, más aún cuando son empresas foráneas a las que poco importa si les va bien o no a quienes habitan en el lugar que les da de comer.
Cabe señalar que una de estas gasolineras, es la que está ubicada en el cruzamiento de las avenidas Insurgentes y Universidad, tal y como se aprecia en la imagen.