Dos meses y días han sido suficientes para que Eduardo Espinosa Abuxapqui recobre la pillada confianza de los chetumaleños que perdieron en el trienio pasado y además, situarse, de nueva cuenta, entre los alfiles del ajedrez político que mueve el Gobernador, Roberto Borge Angulo.
Consciente que sus aspiraciones políticas dependen de los resultados que entregue como presidente municipal de Othón P. Blanco, Espinosa Abuxapqui acelera el paso y saca el mayor beneficio de las horas laborales con acciones simples, las que además de recursos económicos, requieren ímpetu o voluntad para hacerlas realidad, como tapar baches, recoger basura o reparar alumbrado público.
Desde el inicio de su administración, Espinosa Abuxapqui puso a disposición del comandante en jefe (calificativo con el cual el difunto periodista, Joaquín Paredes, hacía alusión al Gobernador en turno) sus “tablas políticas”, su capacidad para solucionar la problemática social que padece la capital de Quintana Roo y vaya que ha entregado excelso resultados.
Tan buenas son las calificaciones entregadas por Eduardo Espinosa que la clase política quintanarroense, en especial la que radica en el sur, llámese OPB, Bacalar, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, han volteado de nueva cuenta sus ojos hacia él.
Y no sólo ellos, también la dirigencia estatal del PRI y de quienes toman las decisiones importantes percibe la popularidad que actualmente goza Espinosa Abuxapqui, a tal grado, que han subido su nombre a la palestra.
Porque se trata del principal político chetumaleño, es, sin temor a la equivocación, el referente del sur, él que por capacidad y carisma ha demostrado ser quien goza de la confianza de la gente y del gobernador, Roberto Borge Angulo.
Bien dicen que en políticos mandan los tiempos, porque no se puede olvidar que hace seis meses, cuando Eduardo Espinosa buscaba la candidatura a la presidencia municipal de OPB, muchos de sus dizque amigos lo daban por muerto, cientos de ellos vaticinaron que sería su última encomienda, pero una vez más creo que fallaron.
Porque ahora el multicitado alcalde de OPB forma parte de las pocas piezas que mueve el Gobernador en su ajedrez político a la víspera del proceso federal del 2015 y de la justa magna local del 2016.
Y la fórmula utilizada por Espinosa Abuxapqui fue simple, ha sido sencilla, únicamente cumplir con su encomienda, atender las apremiantes de los más de 200 mil chetumaleños con todo y la difícil situación económica heredada.