*Una estrella se apaga pero deja su enorme huella en la historia de la mujer chetumaleña
*89 años de ejemplo y tenacidad (13 de junio de 1925 – 2 de octubre de 2014)
Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal perdió este jueves 2 de octubre a uno de sus más preciados íconos femeninos. Incansable mujer, altruista, trabajadora social como pocas, leal esposa y madre sin igual; Antonia Madrid de Villanueva –por todos conocida como Doña Toñita-, falleció en un hospital de la ciudad de Mérida, Yucatán dejando un enorme vació en los capitalinos que tuvieron el gusto y el honor de gozar de su amistad, pero sobre todo de sus bondades como persona humanitaria.
Aunque los pasos de esta gran mujer estuvieron marcados por la tragedia, primero con la muerte de su esposo, Ernesto Villanueva Martínez (1 de marzo de 1994), hasta la desgracia que políticamente generara la persecución y encarcelamiento de su hijo el ex gobernador Mario Ernesto Villanueva Madrid; “Doña Toñita” jamás perdió ese gran espíritu de lucha y tenacidad, que como virtud le dieron el don de ser modista, enfermera de oficio y hasta estilista en corte de cabello.
Pero sin duda, las mayores de las virtudes de esta gran dama, fueron el altruismo y la asistencia social que se hicieron presentes en los momentos más difíciles de la historia de la capital de Quintana Roo, como el huracán Janet; donde desinteresadamente su labor humanista fue de gran apoyo para los más necesitados a quienes dio abrigo y alimento.
Siendo una de las más leales colaboradoras del Voluntariado del DIF en aquellos tiempos cuando su tierra natal daba sus primeros pasos como Entidad Federativa, “Doña Toñita” fue madre de seis hijos. Ileana María, Elvia, Addy, Sara Araceli, Arturo y Mario Ernesto Villanueva Madrid, siendo este último el más conocidos por la sociedad quintanarroense tras su llegada a la gubernatura del Estado en el pasado periodo que comprendió los años 1993-1999.
Fue una de las pocas mujeres que nacidas en Chetumal (13 de junio del año 1925) que entregaron su vida entera a este pedazo de patria, donde permaneció hasta sus últimos días, y por la cual tuvo el arrojo de impulsar todos los días la ayuda hacia sus semejantes; hacia sus paisanos, a quienes siempre tenía un grano de bondad para ofrecer y dar ejemplo de trabajo y esfuerzo.
Su constante labor en pro de los grupos vulnerables, pero sobre todo de los adultos mayores, le ganaron no sólo un reconocimiento y homenaje de la ciudad de Chetumal, en el marco de la celebración del 106 aniversario de la fundación de Payo Obispo; sino el bien merecido nombre que hoy orgullosamente lleva al Club de la Tercera Edad:“Sra. Antonia Madrid Vda. de Villanueva”.
La capital del estado perdió sin duda a una de sus más preciadas joyas del género femenino. Pero será una de las que enmarque los festejos del 40 Aniversario de Quintana Roo, pues sin duda su labor y su tenacidad como virtud, quedarán grabados en las páginas doradas de la historia de esta tierra que nos da cobijo a propios y extraños.
¡Descanse en paz Doña Toñita!