Valladolid.- Comida, rezos, bailes y convivios fueron el común denominador de este viernes tres de mayo, al celebrarse el Día de la Santa Cruz.
Como cada año, en Valladolid no pudo pasar por desapercibida esta celebración en la que se acostumbra recordar el trabajo de los albañiles, conocidos como los “maestros de la cuchara”, que en algunos lugares fueron apapachados.
Cuenta la historia que en el siglo IV, el emperador Constantino enfrentaría una terrible batalla, y una noche antes de ello soñó que vio una cruz luminosa en los aires y una voz que le dijo que con aquel signo vencería. Por lo que al empezar la batalla, mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: “Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena“.
Debido a eso, según se dice, la victoria de Constantino fue total, llegando a ser emperador para dar libertad a los cristianos.
De ahí entonces en que en las construcciones los trabajadores acostumbren colocar en lo alto de las fachadas una cruz de madera adornada con diferentes elementos como flores y papel de china, que en muchas ocasiones se puede distinguir desde lejos.
Durante el día, no faltaron los patrones o contratistas que convivieron con los “maistros”, con una exquisita chicharra, acompañado de su refresco o cerveza.