A pesar que la solicitud de licencia para separarse del cargo del actual diputado-presidente de la Gran Comisión en la XIV Legislatura del Congreso del Estado, José Luis “Chanito” Toledo Medina aún es un “secreto a voces”, varios de sus colegas ya la dan como un hecho y desde ahora presumen tener la capacidad, pero sobre, la bendición del “altar mayor”, para ocupar importantísimo posición.
De entrada, los advenedizos no se toman la molestia para respetar tiempos, espacios y “derechos de antigüedad” de políticos que han tenido la sapiencia de tomarlos de la mano y conducirlos en las conflictivas arterias de la política estatal.
La desmedida ambición por ostentar el poder político y económico que representa ser el mandamás del Poder Legislativo, ha provocado que diputados como Filiberto Martínez Méndez, Juan Carrillo Padilla y Maribel Villegas Canché, ofrezcan “hasta su vida” al hombre que toma las decisiones, para ocupar el lugar que dejará “Chanito” Toledo.
La “lealtad de papel” que a lo largo de su carrera política han demostrado tanto Filiberto Martínez Méndez como Maribel Villegas Canché, sólo da margen para pensar que únicamente buscan alcanzar el máximo estrado del Congreso del Estado para satisfacción personal.
Hasta cierto punto es aceptable la ambición de muestran estos diputados por ocupar la máxima curul, lo único cuestionable es que no respeten las formas y fondos que marca el partido en el poder.
Estos desubicados y despistados diputados deberían seguir el ejemplo que a principio de la legislatura dieron sus colegas: Pedro José Flota Alcocer y Cora Amalia Castilla Madrid, principalmente el primero quien aceptó la recomendación para impulsar el proyecto político llamado “Chanito” Toledo.
Sería recomendable que Filiberto Martínez, Juan Carrillo y Maribel Villegas hagan una autoevaluación del trabajo hecho en estos primeros ochos meses del quehacer legislativo de Quintana Roo, aunque sinceramente podríamos adelantarles que los dos primeros no tendrían ningún argumento para ocupar la silla que en diciembre dejará vacante “Chanito” Toledo.
La diputada Susana Hurtado se siente traicionada por Juan Carrillo Soberanis
Salvo honrosas excepciones –cuando mucho cinco son quienes se salvan- los diputados que integran la XIV Legislatura del Congreso del Estado actúan peor que un “garden of children”, (jardín de niños), porque además de no proponer iniciativas propias, se la pasan exponiendo “borradores” de anteriores legislaturas locales o de Congreso de otros Estados de la República Mexicana.
Hoy fue la diputada cancunense Susana Hurtado Vallejo que se volcó con todo hacia sus colegas del PRI, Juan Carrillo Soberanis y Berenice Polanco Córdova, porque tuvieron la pésima decisión de meter la iniciativa del primer empleo sin tomarla en cuenta, a pesar que fue la legisladora guerita quien la propuso desde su campaña proselitista.
Así como tal acción se han suscitado varios enfrentamientos y lo peor de todo esto, es que quien se lleva los aplausos y queda parado es quién come más pinole o no es así mis estimados diputados Juan Carrillo (ley anti-marchas) y Pablo Lemmen Meyer (ley anti-sonido)?
La discordia que tiene la dirección jurídica y proceso legislativo solo daña el quehacer de la XIV Legislatura.
Los celos laborales o profesionales que tienen entre sí los trabajadores de la dirección jurídica y de Proceso Legislativo han provocado que varios yerros de iniciativas, dictámenes y acuerdos salgan a la luz pública, dejando mal parado a los diputados.
Habría que dejarles claro a los trabajadores, quienes por cierto la mayoría son de confianza, es que su función es la de orientar y encauzar las propuestas que hacen los diputados y no cuestionarlas, y mucho menos, provocar enfrentamientos entre legisladores como han ocurrido en varias ocasiones.
Es sano recordarles a estos trabajadores de confianza que los celos profesionales o enemistades (se rumora que a los de jurídico les cae mal el actuar de Benjamín Vaca. Será?) deben ser resueltos fuera del horario laboral, porque están cometiendo un grave error que en caso de dañar la imagen de algún diputado, seguramente serán despedidos.
Ni pex diputada Cora Amalia, “alinéese” porque el partido ya tomó las decisiones.
Seguramente al igual que usted muchos -podríamos hablar de cientos o miles de quintanarroenses, también lanzaron ó lanzarán el grito al cielo cuando se enteren que la candidatura del PRI a la diputación federal por el II Distrito Electoral ya fue obsequiada a la legisladora local, Arlet Mólgora Glover.
Pero usted, más que nadie, debería agachar la cabeza y aceptar la decisión que ya tomó el PRI, su partido, el mismo instituto político que la “palomeó” cuando fue candidata a la diputación en la IX Legislatura, a la presidencia municipal de Othón P. Blanco, y como suplente a la senaduría.
Usted es de las pocas mujeres privilegiadas que saben a fondo como se eligen a los candidatos. A usted no debería sorprenderle la forma en que se destapan los nombres de los candidatos porque usted fue uno de estos nombres que en su momento también fue cuestionado.
Entonces estimada Cora Amalia, lo más sano, bajo nuestro humilde punto de vista, es que acepte los tiempos y en caso de querer seguir siendo priista se sume al proyecto. Recuerde que en Quintana Roo solo hay una persona que dicta “la voluntad política y toma las decisiones”.
Arlet Mólgora y sus acostumbrados desplantes
Y no cuestionamos, al contrario, ¡admiramos! ese enorme don que Dios le concedió a la diputada, pero no compartimos que desatienda sus obligaciones legislativas como ocurrió en la sesión del martes pasado que abandonó el recinto para atender cuestiones ajenas al quehacer legislativo.
Juan Manuel Herrera habla del campo, cuando lo desconoce
Dicen que para querer ser campesino o labriego lo primero que uno necesita es aparentar serlo, pero nuestro cuestionado diputado bacaraleño, Juan Manuel Herrera ni es chiste parece ser uno de estos grandes hombres que trabajan y viven de la tierra.
Y lo peor del caso en que, a pesar de vivir en una zona cien por ciento agrícola y de actividad forestal, desconoce a plenitud los pormenores de las ecuaciones del campo, como quedó al descubierto en la sesión del martes pasado cuando, con borrador en mano, pretendió dar una clase de roza, tumba y quema.
Lo único que no entendió o no le dijeron sus asesores, es que con la tecnificación del campo quintanarroense, se dejó de usar la tradicional usanza de roza, tumba y quema que se hacía en los tiempos de la agricultura nómada.
Muy “rústica” la elección del empleado del mes
Sería sano que la Oficialía Mayor de la XIV Legislatura revise la normatividad para elegir al empleado del mes del Congreso del Estado, porque con el actual modelo muchos de los trabajadores se sienten excluidos.
Además de ser excluyente, porque sólo se valora el trabajo de un empleado por cada departamento, demerita la actitud laboral del personal.
Lo idóneo sería manejarlo como se hace en el Poder Ejecutivo y Judicial, donde cada jefe de departamento propone los nombres de los trabajadores que él considere con méritos suficientes para hacerse acreedor a tal reconocimiento y sea el comité, si es que existe, quien determine al ganador, sería una práctica justa y que los trabajadores la reconocerían.