Chetumal.- De mal en peor vamos cada día con nuestras actuales autoridades municipales, desde la presidencia municipal, el Cabildo hasta los directores que no han podido solucionar el problema del transporte público en Chetumal, el cual además de ser deplorable por las condiciones de las unidades, ahora labora en la ilegalidad sin importar el peligro en el cual pone a la población que diariamente usa este servicio.
Aunque existen unidades del Suchaa y de la coalición Frontera Sur que ofrecen el servicio de transporte, no es suficiente además que cuentan con concesiones estatales, mientras que los permisionarios a los cuales el Ayuntamiento de Othón P. Blanco les autoriza el poder circular siguen con la disyuntiva de aventarse el paquete porque además de no tener los recursos para nuevos vehículos, tendrán que pagar el “diezmo” para que puedan circular.
Pero para nuestra autoridad municipal así como para la regidora, Verónica Aguilando Gómez encargada de la Comisión de Transporte, esto no parece importarle porque nunca en su vida han tenido la necesidad de tomar un camión, combi o microbús para llegar a su destino y menos ahora que hasta chofer y guaruras tienen.
Qué triste resulta para los capitalinos el tener que esperar hasta dos horas para poder subirse a un medio de transporte que no sea taxi, porque el dinero no alcanza para pagar la tarifa; que mal que nuestras autoridades digan que hay temas más importantes que el solucionar el del transporte público, pero aun peor es que tengan que solapar la ilegalidad al dejarlos circular cuando ya venció el permiso; y no porque las compañías tengan la culpa porque en las medidas de sus posibilidades los propietarios dan el servicio, sino porque nuestros limitados representantes populares no tienen la capacidad para resolver el problema.
A tal grado que ni siquiera existe una persona encargada de la dirección de Transporte Municipal porque nadie quiere tener esa responsabilidad y mientras miles de ciudadanos tiene que padecer por la falta de unidades o utilizar las que existen en condiciones deplorables y que ponen en grave riesgo a la población, porque tampoco cuentan con los seguros para pasajeros.
Que lejos han quedado las promesas de campaña que nuestros actuales gobernantes hicieron cuando acudían casa por casa a pedir el voto de la ciudadanía en los comicios del pasado 7 de julio; en ese entonces prometieron de todo; pero a un mes de haber tomado el cargo se olvidaron de la ciudadanía y por ende de los problemas que a diario tienen que enfrentar, uno de ellos la falta de transporte público de calidad porque a las actuales autoridades le interesa más otros temas que el dotar de ese servicio a los cientos de capitalinos que a duras penas tienen para comer y que se ven obligados a gastar más para poder llegar a su destino.
Este llamado a las autoridades es para que se centren en la realidad de las necesidades de la población, no solamente posen en la foto tapando baches con material de poca calidad o sembrando árboles para decir que se preocupan por el medio ambiente; por qué no se suben a un microbús de los pocos que existen en Chetumal, por qué no viven en carne propia el tener que esperar horas o caminar largas distancias para llegar a su destino, porque de lo contrario no tendrían para comer.
Pero esto no les importa a las autoridades porque no tienen la misma necesidad de la gente de Othón P. Blanco, porque están más preocupados en evitar que les recorten su salario que de por sí ya es oneroso para lo que realizan, porque están más preocupados en ir al salón de belleza o cumplir la dieta para salir bien en la foto; esas no eran las personas que hace unos meses rogaban por el apoyo de la gente y ahora les dan la espalda.
Aunque finalmente que podemos esperar de un Cabildo lleno de “junior” y figuritas que solamente están en el puesto por amiguismo o porque en su momento tuvieron alguna gracia con el mandamás, pero de que servir al pueblo no tiene la menor idea.
Pero bueno la gente no siempre aguantará y ya les dejo porque tengo que tomar el micro para llegar a mi casa y el paradero me queda a cinco cuadras.