No ofrece candidaturas a sus militantes pero sí les pone trabas para ser independientes.
Jesús Pérez
Chetumal.- Las mala dirigencia de Eduardo Martínez Arcila quien con su grupo de allegados mantiene prácticamente secuestrado al PAN, pone en riesgo el registro del albiceleste para el proceso electoral local, por la salida de liderazgos que deciden emigrar hacia otras fuerzas políticas o pretender competir de manera independiente, como es el caso de la ex delegada de Sedesol, Mercedes Hernández Rojas.
Lejos de buscar el diálogo y consenso entre los cuadros fuertes y representativos del PAN, Eduardo Martínez Arcila prácticamente le asestó el “tiro de gracia” a Mercedes Hernández Rojas al señalar que no puede participar como candidata independiente porque la legislación actual pide que hayan dejado la militancia de cualquier partido al menos dos años antes del inicio del proceso, lo que imposibilita a “Meche”, pero tampoco ofreció garantías a que pudiera ser aspirante en su partido ahora que deben cumplir la cuota de paridad de género.
El Consejero Nacional del PAN, Mario Rivero Leal, dijo que respeta las decisiones de los liderazgos del partido, pero esto es una fuerte llamada de atención a la dirigencia estatal porque no es solamente el deseo de la ex candidata a senadora, Mercedes Hernández de mantenerse al margen del partido en el proceso, sino la salida de cuadro fuertes como lo hizo en su momento José Hadad Estéfano.
Esta forma de manera el PAN por Eduardo Martínez Arcila, sin duda pone en “jaque” al partido, porque no solamente hay rechazo hacia su manera de actuar sino que prácticamente los liderazgos naturales le hacen notar que con él ni a la esquina y esto tendrá de no retomar el rumbo graves resultados para el blanquiazul, donde está en juego el registro.
Los descalabros del PAN desde la llegada de Eduardo Martínez Arcila han sido constantes, no ha logrado ganar ninguna elección local o federal, salvo en el anterior Distrito VI de Cozumel, donde el PRI prefirió perder para poder colocar más diputados plurinominales, además de reventar los dos intentos de coaliciones con otros partidos y en las elecciones federales del 2015 pasaron a ser la cuarta fuerza política en Quintana Roo.
También las constantes acusaciones en su contra de estar al servicio del partido en el poder, al estar en la nómina del Ayuntamiento de Benito Juárez junto con Rene Cícero y las falsas intenciones de aliarse al PRD, ponen en duda y grave riesgo la existencia del PAN en la entidad luego de los comicios locales, porque no solamente se trata de perder cuadros en su interior sino votos de los que al final dependerá para subsistir.