Por Mario Castillo
Chetumal.-En lugar de realizar celebraciones en el marco del Día del Niño, las autoridades de los tres órdenes de gobierno deberían trabajar en la consolidación de programas que impidan la proliferación de personas menores de edad que trabajan en las calles, y que se ha convertido en un problema social con cifras no contabilizadas con exactitud.
Ya sea como vendedores ambulantes, boleritos, franeleros, y hasta pidiendo limosna, diariamente se puede ver a muchas niñas y niños en la capital de Estado deambulando por cruceros, parques, incluso bares y centros nocturnos, ganándose unos pesos para ayudar con el gasto de la familia.
El concejal presidente de la Comisión del Trabajo y Previsión Social en Othón P. Blanco, Martín Muñoz Tun, señaló este es un problema al que no se le ha dado la debida importancia, y que requiere de un trabajo intenso a fin de erradicar el trabajo infantil de las calles.
“Desafortunadamente muchas veces festejamos, pero no del todo pues es incongruente que a estas fechas sigamos viendo menores trabajando en las calles, y a pesar de que se han buscado los mecanismos en coordinación entre las instancias involucradas, hemos llegado a la conclusión de que es un tema muy complejo que depende de un tema jurídico de fondo para no afectar la integridad de los menores”, añadió.
Pues refirió en la mayoría de los casos son los propios padres de familia que mandan a sus hijos a trabajar, y es aquí donde se agudiza la barrera por la resistencia de estos para rescatar a las niñas y niños de las calles.
“El pretexto por el cual los padres mandan a sus hijos a trabajar es la falta de recursos, pero las instancias correspondientes deben hacer los estudios socioeconómicos que determinen tal situación, y es ahí donde estamos trabajando en coordinación con el Sistema DIF”, puntualizó Muñoz Tun.
De acuerdo a estadísticas de la Encuesta de Ocupación y Empleo (ENOE), los menores que trabajan en la calle oscilan entre los 5 y 17 años edad, y se encuentran dentro del cotejo del trabajo infantil que en México alcanza los 2.5 millones, de los cuales el 36% no asiste a la escuela.