Por: Abraham Cohuó
El tráfico de la droga a través de Quintana Roo no es nuevo, pero sí más frecuente en los últimos años.
Quintana Roo, junto con Cuba, Belice, Honduras y Guatemala forman la denominada Ruta Caribe, la cual es utilizada desde hace tres sexenios para traficar con grandes cantidades de droga que llegan a México a través de aeronaves o lanchas rápidas en su paso hacia los Estados Unidos.
El 27 de Enero del 2001, la Revista Proceso publicó un informe de inteligencia bajo el titulo de “Los Narcos amos del caribe y del canal de Yucatán”(https://www.proceso.com.mx/184709/los-narcos-amos-del-caribe-y-del-canal-de-yucatan ), sobre las rutas que utilizaban los cárteles de Colombia para surtir a los clanes mexicanos de la droga quienes eran los encargados de surtir a los Estados Unidos.
En aquel informe, de hace 19 años, Quintana Roo aparecía como uno de los principales destinos de la droga colombiana. En particular Cozumel, Tulum y Banco Chinchorro, eran los destinos preferidos de las lanchas Eduardoño -de fabricación colombiana- en su paso por el Estado y en su camino hacia los Estados Unidos.
Las estimaciones en aquel entonces de la Secretaría de Marina, era que una lancha tipo Eduardoño tenía la capacidad de transportar hasta 3 toneladas de cocaína. Equipada con dos motores Yamaha de 250 caballos de fuerza, la ruta entre Colombia y Quintana Roo- cualquiera de sus tres destinos-, podía ser cubierta en un tiempo de 50 horas, sí dos días.
En su mayoría las lanchas terminan abandonadas en aguas del Mar Caribe, una vez que el cargamento era descargado. En ocasiones terminaban en poder de la Armada de México pero en otras ocasiones en manos de pescadores.
El informe de inteligencia que dio a conocer en su momento la Revista Proceso, apuntaba que todas las embarcaciones colombianas que eran utilizadas en el trasiego, venían cubiertas con una lona azul, franjas azules y hasta los bidones estaban camuflados con ésta técnica, debido a que con estas características era difícil detectarlas desde el aire, por las aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana que patrullaban las costas de Quintana Roo.
En Julio de 2019, en un reportaje realizado en conjunto entre El País y El Faro nombrado “El Caribe Turbio https://elpais.com/internacional/2019/06/18/actualidad/1560851881_870643.html , se documentó el tráfico de droga en el Mar Caribe, entre México y Belice, específicamente en las costas de la comunidad de Xcalak, dónde de acuerdo con el reportaje, autoridades locales están vinculadas en el tráfico de cocaína proveniente de Centro América y la cual es introducida a México, a través de esa zona del municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo, lo cual demostraba que la ruta marítima del caribe, seguía activa.
El General Miguel Ángel Huerta Ceballos quien fue comandante de la XXXIV Zona Militar con sede en Quintana Roo de diciembre del 2017 a noviembre del 2019, reconoció que el Sistema Integral de Vigilancia Aérea, detectaba hasta tres vuelos diarios de aeronaves que ingresaban de manera ilegal al espacio aéreo, pero no aterrizaban en México.
En aquella entrevista, de febrero del 2019, explicó que Quintana Roo era la ruta natural de los vuelos que salían desde centro y sudamérica los cuales tenían como destino final los Estados Unidos, principalmente la costa de Miami, en Florida.
Hace tres décadas, uno de los aseguramientos más importantes que las fuerzas del Gobierno Federal lograron asestar a los carteles de la droga, fue la detención de Ofelia Fonseca Nuñez, hija del narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto”- nombre muy popular en la actualidad y que refrescó a memoria de los Mexicanos a través de a serie Narcos producida por Netflix- quien fue atrapada el 24 de Enero del 1999, en un camino que une las poblaciones de El Sinaí con Miguel Alemán, en el sur de Quintana Roo, hoy territorio del municipio de Bacalar.
Ofelia fue detenida junto con su esposo, Manuel Padiena Sánchez y el colombiano Alberto Londoño Uribe, en la aeronave se encontraron 445 kilogramos de cocaína y después de 18 meses de proceso, los tres fueron condenados a pasar 16 años en prisión. Fonseca Núñez recuperó su libertad el 2009 al acceder a diversos beneficios como la preliberación.
En 2005, una avioneta Turbo Commander con matrícula N-572-L se estrelló entre El Gallito y Otilio Montaño, entre los restos se encontraron mil 219 paquetes de cocaína, los cuales dieron un peso de una tonelada y 377 kilogramos. En el sitio del accidente se encontraron tres cadáveres, e identificaciones a nombre de Roberto Cedeño Guzman de nacionalidad Mexicana, Andrés Giraldo Monsal y Jorge Enrique Garcés Ranco de nacionalidad colombiana.
Tras ese fallido aterrizaje, el tránsito de aeronaves por Quintana Roo disminuyó de manera drástica, aunque no así en Belice y Guatemala, en donde los avistamientos de aeronaves sospechosas y el aterrizaje de las mismas, eran constantes, principalmente muy cerca de la frontera con México.
El 23 de diciembre del 2013, durante un vuelo de rutina de la Fuerza Aérea Mexicana, desde el aire se divisó en un área desmontada en la comunidad de El Gallito, que tenía la forma y extensión de una pista para aterrizajes clandestinos.
Personal del Ejército Mexicano acudió al lugar, y encontró bidones de combustible en una cabaña junto a la supuesta narcopista, al igual que maquinaria de construcción. Las autoridades nunca informaron si la pista había sido utilizada o estaba siendo preparada para recibir droga.
La pista fue destruida por personal militar, la dejaron inutilizable al hacer zanjas cada cinco metros, para impedir cualquier aterrizaje.
Cinco años después, en el 2018, de nueva cuenta se intensificó el avistamiento y aterrizaje de aeronaves, pero en suelo beliceño, principalmente en Blue Creek, muy cerca del poblado Mexicano de La Unión, fueron constantes. En ese año se contabilizaron al menos 10 reportes, todos con características similares, algunos casos en los que las aeronaves descendían, descargan y se iban y otros en las que eran incendiadas.
En México, los aterrizajes se registraron en carreteras y caminos saca cosechas en Miguel Alemán, dónde se encuentra un asentamiento menonita, Maya Balam, un ex campamento de refugiados, Ramonal en la Ribera del Río Hondo, y recientemente, en diciembre del año pasado, pretendieron utilizar la carretera Calderitas- Luis Echeverría, para hacer descender una aeronave.
En los aterrizajes del 2019, en Ramonal y Maya Balam, las autoridades no lograron detenciones, ni incautar el producto.
Esta semana fueron dos las aeronaves aseguradas, una en la carretera Vía Corta a Mérida, que comunica a Chetumal con la capital Yucateca y otra en Mahahual, cuya ruta de vuelo era Argentina- Cozumel, pero al ser detectada por la Fuerza Aérea Mexicana se vio obligada a descender en la Costa Maya.
Es un hecho, que en los últimos años, la Ruta del Caribe se reactivó para el trasiego de droga hacia el norte del continente.