Ahora que quieren de mí si ya les pague mi deuda. Porque me buscan más si les pague hasta el último dólar que les debía. Porque no me dejan en paz si lo único que les debía se los pague con sangre. Ellos me golpearon hasta más no poder y después de haberme quitado casi la vida todavía se empeñan en seguir torturándome como cuando estaba en esa pocilga con aquellos 100 más desdichados.
Ese fue según el relato de Artemio antes de morir. Y según él no eran exactamente sus verdugos quienes lo torturaban si no seres imaginarios que lo atormentaban hasta llevárselo al más allá. Debió ser una vida llena de torturarás después de vivir su sueño corto y desgraciado.
Pobre Artemio que culpa tenia si su único pecado fue haber nacido en el otro lado un poquito DIFERENTE. El no eligió su paradero ni comedero. Cuando abrió los ojos por primera vez lo único que vio y escucho fue una mujer agonizando que según cuentan fue abusada por el Tapayuco.
Según la leyenda de aquellos tiempos y lo que mi propia abuela me conto el Tapayuco era una representación de mismo satanás pero sin cuernos. Ni pata de cune. Ni una pata de vaca. Si no era simplemente era un hombre de avanzada edad que recorría los más espesos montes del Chalin. Cerro-barranca donde según mi abuela el Tapayuco acechaba a sus inocentes víctimas.
Con hacha en mano y un sombrero roto y puntiagudo de vez en cuando se dejaba ver por las más inocentes criaturas. Siendo estas mujeres solteras que por motivos culturales también tenían que salir al campo.
Según un relato que mi bisabuela me conto que una vez ella tuvo la desdicha de presenciar tan mas nefasto individuo. Pero sin esperar, camino sin mirar hacia tras para hasta llegar a la su choza en aquel pueblito situado en un barranco profundo. Sin embargo, cuenta la historia que la progenitora de Artemio no corrió con la misma suerte ya que cuando fue por agua al poso que estaba situado a unos kilómetros del pueblo vio por primera y última vez a este anciano hombre y lo demás ya es historia. Pues según ella se desmayó cuando lo vio directo a los ojos.
Un desmayo causado por los poderes del Tapayuco fue suficiente para que este cometiera semejante fechoría. El Tapayuco según la historia abuso de esta desdichada mujer. Al despertar solo comento que se sentía un poco torpe y atarantada y como no si los néctares del mismo diablo ya la habían poseído para siempre. Comentan que esta mujer no tenía conjugue pero salió en cinta.
Se cuenta que a los nueve meses la partera de aquel entonces también murió en el proceso del parto de la madre de Artemio. Pues cuentan que el pequeño Artemio lo vestía un pelaje de color negro de pies a cabeza.
En aquellos tiempos, allá por el siglo 19 cuando lo que conocemos como México hoy en día estaba apenas agarrando forma y existían solo territorios y no estados como lo conocemos ahora.
¿Sera verdad, será mentira? Pero a mí no me gustaría averiguarlo pero lo escribí para que todos Ustedes lo supieran.