Aun cuando las indicaciones ya fueron dadas e incluso en el “círculo rojo” se da como hecho de que el PRI registrará ante el INE a las fórmulas de José Luis “Chanito” Toledo-Noé Martínez Novelo y Arlet Mólgora Glover-María Hadad Castillo, como sus candidatos a las diputaciones federales en el I y II distrito electoral, respectivamente, existen muchos inconformes que no aceptan tal indicación, incluso hasta con sus aliados del Partido Verde, quienes no digieren la “recomendación” de poner a Mauricio Rodríguez como suplente de Remberto Estrada Barba.
Hoy más que nunca la suplencia a la diputación federal tiene un alto costo económico y político en Quintana Roo, por que en años anteriores únicamente ocurría en aquel distrito donde su titular resultaba ser el ungido como candidato a la gubernatura.
También resulta entendible que la cotización alcanzada por las suplencias de las diputaciones federales sea porque a partir de la próxima legislatura los integrantes de la Cámara de Diputados ya podrán reelegirse, pero consideramos que la verdadera razón por la pugna que se vive entre los grupos políticos de Quintana Roo por obtener citadas posiciones, obedece más bien al coto de poder.
Aunque este laberinto o enredo también ha provocado que salga a la luz pública los berrinches, egos y verdaderos rostros de políticos quienes dicen traer bien puesta la playera de Beto Borge, pero que en realidad sirven a otros intereses, como es el caso del secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, quien se negó rotundamente a ser el suplente del “Chanito” Toledo, a quien considera un inexperto político y que nunca aceptaría estar bajo su tutela.
Tal acción tomó por sorpresa y enfureció a la cúpula, quien sin chistar aceptó o medio-trago tal desaire, por lo que tuvo que echar mano al plan “B” y reactivar en el roster a Noé Martínez Novelo, el robusto político que proviene de la familia del primer gobernador, Jesús Martínez Ross.
En el segundo distrito las cosas no alcanzaron grandes niveles políticos comparados con los acontecidos en el I y III Distrito, simplemente la candidata propietaria Arlet Mólgora y de su esposo, Miguel Cetina, tuvieron que calmar sus enardecidos ánimos y aceptar que María Hadad Castillo se quede como su suplente.
Aunque tal situación provocó que Arlet Mólgora deje mal al grupo del titular de la SEyC, José Alberto Alonso Ovando, quien busca proyectar a su familiar, Blanca Alonso (titular del Instituto Quintanarroense de la Mujer) dentro la política.
Mientras en el III Distrito Electoral el horno no está para bollos, porque tanto Remberto Estrada Barba como la dirigencia del Partido Verde no quieren, ni por burla, aceptar que la suplencia será para un priista y mucho menos para Mauricio Rodríguez, hijo del ex célebre Procurador de Justicia de Quintana Roo en el sexenio de Félix González Canto, Bello Melchor Rodríguez y Carrillo.
Obvio, el buen “Remby” sabe que tener al ex titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) como suplente, el PV perdería una valiosa posición que ya sienten como suya y más porque dentro de seis meses, el suplente ocupará la titularidad, debido a que él vendrá como candidato a la presidencia municipal de Cancún.
Mientras en otros partidos políticos contrarios al PRI desairan ocupar la titularidad de las diputaciones federales, en el tricolor se pelean hasta por las suplencias, obvio no todos, como Gabriel Mendicuti y otros grupos políticos se creen merecer más de lo que tienen, pero pobres ilusos, los tiempos han cambiado y tendrán que conformarse con seguir despachando detrás de bambalinas porque ya no figuran en el mapa político del 2015 y mucho menos del 2016.