Por el “arco del triunfo” se pasa la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) de Quintana Roo la nueva política educativa que promovió la Presidencia de la República y avaló el Congreso de la Unión, ya que continúa actuando como sí ella, la SEyC, tuviera la autonomía para designar directores y coordinadores educativos, como sucedió en días pasados.
Menudo problema se echó a cuesta José Alberto Alonso Ovando, quién durante sus escasos seis meses como titular de la SEyC ha dado muestra de haber perdido la brújula o caer en las “trampitas” que de manera cotidiana ponen los integrantes del SNTE, SITEM, SITEQROO, Comité de Lucha y otros grupos de nómadas educativas que piensan ser los dueños del gremio en la entidad.
La inexperiencia de Alonso Ovando ha provocado que cometa pifia tras pifia, que cede a innumerables caprichos, pero lo peor, haber otorgado cotos de poder a los grupos y dirigentes de estos, como ocurrió con el presidente del Comité de Lucha, Felipe Briceño, a quien para evitar que continúe encabezando manifestaciones, cedió la plaza de coordinación de educación preescolar en la zona limítrofe para su esposa.
Tal acción es ilegal porque los nuevos estatutos establecen que tal posición debe ser sometida a concurso por la Secretaría de Educación Pública (SEP), cosa que la SeyC , mejor dicho, Alberto Alonso Ovando, no respetó.
Otra acción ilegal fue la designación de Marisol Alamilla como directora de Evaluación, posición que además que debe ser designada por la SEP, se requiere a una persona que conozca las entrañas de la educación.
Citadas acciones apenas son la punta del iceberg que tiene Alonso Ovando en la SEyC, situación que se unirá a otras pugnas como el reparto de las nuevas plazas, los reacomodos y bonificaciones económicas de fin de año.
Es una lástima que las autoridades de la SEyC no quieran adoptar las nuevas reglas educativas de México, porque tal situación sólo traerá mayores problemas al Gobernador, Roberto Borge Angulo con dependencias federales.
En Quintana Roo se “ahoga” la educación y los tripulantes de la SeyC no quieren rescatarla, tiempo al tiempo.