Al frente de la Secretaría Estatal de Desarrollo Social e Indígena en Quintana Roo (SEDESI), Ángel Rivero Palomo ha tenido un desempeño poco favorable para la sociedad quintanarroense, sobre todo para los sectores más empobrecidos que en quienes debe enfocar esa labor que ha desperdiciado en hacer carrera política con miras a ser presidente municipal de Othón P. Blanco.
El “desangelado” Secretario ha defraudado –y por mucho-, la confianza puesta en su persona por el gobernador Roberto Borge. Las cifras no mienten, y a pesar de que vivimos en un estado detonante en muchos rubros como el turístico, de una población total de 1 millón 380 mil habitantes más del 30% viven en pobreza y marginación, es decir, alrededor de 414 mil siendo los municipios de Othón P. Blanco y Benito Juárez los que registran los índices más altos al tener la mayor población.
De acuerdo a cifras de la propia Secretaría de Desarrollo Social, las zonas rurales y parte de la zona maya asentada en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas, también presentan un alto grado de pobreza y hasta pobreza extrema, ya que en ellos no existen las suficientes fuentes de empleo por lo que la mayoría de la gente tiene que dejar a la familia para buscar el sustento en municipios como Solidaridad, Tulum y Benito Juárez, entre otros.
Esto evidencia la incompetencia de Rivero Palomo, quien al frente de SEDESI le ha quedado a deber a la población más necesitada, incluso el mismo ha reconocido en sus declaraciones que “Cerca 63 mil habitantes de la Entidad tienen carencia de bienes y servicios para el desarrollo de sus capacidades y una cifra que circunda en los 160 mil quintanarroenses sufren pobreza alimentaria”.
Y es que el flamante funcionario ha desviados sus responsabilidades para dar rienda suelta a sus ambiciones de ser alcalde capitalino, un sueño que ya por dos ocasiones se le ha escurrido de las manos. Claro está que quienes mueven los hilos del poder en le Entidad se han dado cuenta de que este personaje no da el ancho necesario como para dirigir los destinos de un municipio como Othón P. Blanco.
En pos de satisfacer sus anhelos de incrementar las filas de simpatizantes, la dependencia a su cargo -dado el rango de acción que esta representa-, le ha servido para tener cercanía con la población más empobrecida a quienes da atole con el dedo con miserables apoyitos como despensas, prometiéndoles un mejor nivel de vida que a decir del desangelado actuar de Rivero Palomo jamás llegará, al menos no mientras el continúe frente a la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena.
Ni que decir de las Jornadas “Comprometido Contigo”, donde se placea como el benefactor de las causas sociales mientras los demás hacen un trabajo que es encomienda del mandatario quintanarroense para acercar los beneficios de gobierno a la sociedad y no para ganar adeptos como lo ha hecho el titular de SEDESI.
Sus acciones son un insulto para la sociedad más vulnerable de Quintana Roo, pues mientras él se pasea por toda la periferia estatal gastando de manera indiscriminada los dineros del pueblo en comilonas, lujosos hoteles, flamantes vehículos, entre otros lujos de los que hace gala; cerca de medio millón de paisanos quintanarroenses viven inmersos en la pobreza y pobreza extrema, incluso no tienen ni para comer.
Y esto es tan solo un adelanto de la enorme lista de la incompetencia, el descaro, el despilfarro y el “desangelado” trabajo que ha hecho Ángel Rivero Palomo como secretario de Desarrollo Social e Indígena, pues en futuras entregas daremos a conocer más de este personaje que ha defraudado no sólo la confianza del ejecutivo estatal, sino que ha jugado con las necesidades de las y los quintanarroenses que creyeron en él ver un futuro mejor para sus hijos.