Chetumal.-Este día, tomó posesión como directora del Instituto Estatal para la educación de Jóvenes y Adultos en Quintana Roo, Candy Raygoza Alcocer, con lo que la actual administración estatal corta de tajo las virulentas redes tendidas por el ex titular Rafael Quintanar González, mismas que pretendían tomar por herencia los esbirros de éste encabezados por su incondicional Nitzia Rivera Argüelles, subdirectora en la zona norte.
Pues para muchos era bola cantada que “la huera” quedaría en lugar de Quintanar González, para dar continuidad al libertinaje administrativo que imperó en los ocho meses que el instituto estuvo bajo el mando del clan que hoy extinguen con la llegada de Raygoza Alcocer.
Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas, pues con el arribo de la otrora Subsecretaria de Desarrollo Indígena las cosas pintan un tanto similar a lo que acontece en el IEEA, ya que durante su estancia por esa rama de la SEDESI, Candy dejó un mal sabor de boca para propios y extraños.
Amén de los malos tratos y autoritarismo que azotó sobre el personal de dicha subsecretaría, Raygoza Alcocer también se dio el lujo de premiar a sus allegados con direcciones y jefaturas de área; lista en la que destacan los nombres de Mónica Moctezuma, Alberto Peña y Carlos Tinoco Cosio.
Lo anterior sin pasar por alto a su protegida la priista Roxana Gómez, quien le carga las bolsas de norte a sur y de este a oeste, a cambio de asegurarse una jugosa jubilación.
Es evidente que el grupo en el poder estatal conoce muy bien los encantos de la caldereña Candy Raygoza, y su llegada por la puerta grande al IEEA es tan sólo parte de una premeditada estrategia para tenerla bajo control, algo así como un “triste premio de consolación”.
Ya que el hueso al que Raygoza Alcocer aspiraba con la mentada reestructuración administrativa, era la Dirección del nobel Instituto Indigenista, marco que aprovecharía para armar su anticipada campaña entre los grupos más desprotegidos en la búsqueda de la diputación local, que desde que fue regidora capitalina le ha robado el sueño.
En de añadirse que en varias ocasiones fue vista en el Pleno de Sesiones del Congreso del Estado, cual carroñero cazador en espera de que caiga la presa para darse el esperado festín.
En conclusión, el destierro del clan de Rafael Quintanar abre la puerta al de Candy Raygoza, pero mientras esto se concreta, se espera un choque de trenes de pronóstico reservado entre dos mujeres de carácter reacio y autoritario, pero sobre todo con sobradas ambiciones político-económicas, que distan mucho de un “compromiso con la educación de jóvenes adultos” y de “lograr los resultados que la sociedad espera”.