Por Salvador Pérez Hernández.
Bacalar.- La protección de la cuenca hidrológica conocida como “Laguna de Bacalar” y denominada con el sobrenombre de “Laguna de los Siete Colores” debería ser una prioridad para los habitantes del citado municipio, pero hasta la fecha ocurre lo contrario, ya que sufre depredación y destrucción sistemática de sus ecosistemas por parte de propios y extraños, dañando inexorablemente el equilibrio ecológico preservado durante miles de años.
Un claro ejemplo de la depredación a la que está sujeta este Sistema Lagunar es el dragado que pretendió realizar un influyente empresario de los medios de comunicación con la intención de abrir un canal para que su lujoso Yate tuviera acceso al embarcadero, no obstante la oportuna intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) evitó daños mayores a los ya causados, además existen otros casos como la extracción del caracol chivita por parte de los lugareños y la destrucción de los estromatolitos.
En el caso del Caracol Chivita (Melongena Corona Bispinosa), este tiene un periodo de reproducción que comprende los meses de agosto, septiembre y octubre, que coincide con el avistamiento de mayores concentraciones de Águilas o Halcones Caracoleros a la orilla de la Laguna a pesar de ser zonas habitadas, ya que si no son molestados por las personas no desarrollan temor hacía éstas, y es que el avistamiento de aves es un factor importante para atraer el Turismo de Naturaleza.
La transformación de Bacalar de un pueblo chico a una Ciudad, trajo aparejada una serie de inconvenientes a los pobladores, que no se tenían contemplados, entre ellos destaca el acaparamiento previo de terrenos a la orilla de la Laguna, con la consiguiente consolidación de cientos de construcciones, y ahora que Bacalar es un Pueblo Mágico y la incipiente actividad turística se desarrolla a pasos acelerados, las construcciones a las orilla de La Laguna impiden que los turistas tengan acceso a las playas, al mismo tiempo que contribuyen al desorden ambiental, lo que ha generado un conflicto de intereses.
Recientemente el Gobierno del Estado encargó a la Administración Portuaria Integral (APIQROO) la administración de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT) de la Laguna de Bacalar, lo que ha ocasionado molestia de los propietarios de casas y terrenos a la orilla de la Laguna porque a decir de los posesionarios de terrenos a orilla de la Laguna, los terrenos se verán gravados con “altos” impuestos sin embargo para la APIQROO sólo se trata de regularizar las áreas de navegación.
Dice el dicho, primero en Tiempo, primero en Derecho, sin embargo la situación de la Laguna de Bacalar requiere de un verdadero Ordenamiento Territorial enfocado a la preservación del equilibrio ecológico y ambiental, que tenga prevalencia sobre los intereses económicos e inmobiliarios, del mismo modo que el bien común debe prevalecer sobre el interés económico de unos pocos, sin embargo es necesario precisar que los afectados tienen derecho al debido resarcimiento de cualquier daño patrimonial que resulte de la debida administración de la ZOFEMAT.